¿Cuánto se acerca la Luna cada año?

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La órbita lunar, elíptica y de unos 28 días, provoca un acercamiento periódico a la Tierra. No se acerca una vez al año, sino que esta proximidad se repite varias veces a lo largo del año, fluctuando en distancia.
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La danza lunar: ¿Cuánto se acerca realmente la Luna cada año?

La Luna, nuestro fiel satélite, nos acompaña en un baile cósmico que se repite incesantemente. Su órbita, lejos de ser un círculo perfecto, es una elipse, una forma ovalada que dicta una danza de acercamiento y alejamiento constante. La idea de que la Luna se acerca a la Tierra una vez al año es un concepto erróneo. Su proximidad es un evento recurrente, un ciclo que se manifiesta varias veces a lo largo de los 365 días.

La periodicidad de 28 días, aproximadamente, que define el ciclo lunar, se refiere al tiempo que tarda en completar una órbita alrededor de nuestro planeta. Durante este ciclo, la distancia entre la Tierra y la Luna fluctúa considerablemente. En el punto más cercano, denominado perigeo, la Luna se encuentra a unos 363.104 kilómetros de nosotros. En el punto más lejano, el apogeo, esta distancia se incrementa hasta aproximadamente 405.696 kilómetros. Esta diferencia de más de 40.000 kilómetros es la responsable de las variaciones en el tamaño aparente de la Luna vista desde la Tierra; una Luna llena en perigeo se percibe notablemente más grande que una en apogeo, fenómeno conocido como superluna.

Entonces, ¿cómo abordar la pregunta de cuánto se acerca la Luna cada año? La respuesta no es un valor numérico fijo. No hay un “acercamiento anual” único y definido. Lo que sí podemos afirmar es que la Luna experimenta múltiples perigeos a lo largo de un año, momentos en los que su proximidad a la Tierra es máxima durante ese periodo. La distancia precisa en cada perigeo varía ligeramente debido a las perturbaciones gravitatorias del Sol y otros planetas, generando una sutil complejidad en su órbita.

Más allá del acercamiento periódico, es importante destacar que la órbita lunar no es estática. A lo largo de escalas de tiempo geológicas, la Luna se está alejando lentamente de la Tierra, a razón de aproximadamente 3,8 centímetros por año. Este alejamiento es un proceso gradual, imperceptible en una escala de tiempo humana, pero significativo a lo largo de millones de años. Este alejamiento se debe principalmente a la interacción de las mareas terrestres con la rotación de la Tierra.

En conclusión, la imagen de una Luna que se acerca una vez al año es una simplificación excesiva. La realidad es mucho más dinámica y fascinante: la Luna ejecuta un ballet cósmico constante, acercándose y alejándose repetidamente, con variaciones sutiles en cada ciclo, mientras se embarca en su lento alejamiento a largo plazo. Comprender esta complejidad enriquece nuestra apreciación de la relación gravitatoria entre nuestro planeta y su único satélite natural.