¿De qué color es el mar rojo?

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El Mar Rojo debe su nombre a la coloración rojiza ocasional de sus aguas superficiales, causada por la proliferación estacional de la cianobacteria *Trichodesmium erythraeum*.
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El enigmático color del Mar Rojo

A pesar de su nombre, el Mar Rojo no siempre se presenta con ese tono carmesí que sugiere su denominación. En realidad, sus aguas suelen ser de un azul verdoso, similar a otras masas oceánicas. Sin embargo, en determinadas épocas del año, el Mar Rojo experimenta una transformación cromática que ha desconcertado a los navegantes durante siglos.

La explicación de este fenómeno se encuentra en un diminuto organismo: la cianobacteria Trichodesmium erythraeum. Esta bacteria fotosintética se reproduce en grandes cantidades durante los meses más cálidos, formando densas floraciones que tiñen las aguas superficiales de un color rojizo.

La Trichodesmium produce un pigmento de color rojo llamado ficoeritrina, que absorbe la luz azul del espectro solar y refleja las longitudes de onda rojas hacia la superficie. A medida que las floraciones de cianobacterias crecen y se extienden, la concentración de ficoeritrina aumenta, intensificando el tono rojizo del agua.

La coloración del Mar Rojo es un fenómeno estacional que varía en intensidad. En los meses de verano, cuando las temperaturas del agua son más cálidas, las floraciones de Trichodesmium son más abundantes y el color rojo es más pronunciado. Durante el invierno, cuando las temperaturas descienden, las floraciones disminuyen y el agua recupera su tono azul verdoso habitual.

Además de la Trichodesmium erythraeum, otros factores también pueden contribuir al color del Mar Rojo. La sedimentación de arena y polvo del desierto adyacente puede dar a las aguas un tono más turbio, mientras que la presencia de algas y otros organismos planctónicos puede variar la pigmentación del agua.

El color del Mar Rojo ha sido objeto de innumerables especulaciones y leyendas a lo largo de la historia. Algunos lo han atribuido a la sangre derramada por las legiones romanas o a la presencia de un río submarino que fluye desde el Océano Índico. Sin embargo, la verdadera explicación se encuentra en las enigmáticas criaturas microscópicas que habitan sus aguas.