¿Dónde se observa el perigeo?

La danza invisible del perigeo: Un punto, no un lugar

El perigeo, ese instante en el que la Luna se encuentra en su punto más cercano a la Tierra durante su órbita elíptica, no se “observa” en un lugar específico del planeta. A diferencia de un eclipse, que proyecta una sombra observable en una región geográfica delimitada, el perigeo es un fenómeno orbital, una posición relativa en el espacio. No se manifiesta como un evento visual espectacular, sino como una sutil influencia en la dinámica Tierra-Luna.

Si bien sabemos que el perigeo ocurre a una distancia promedio de 363.300 kilómetros, contrastando con el apogeo, su punto más lejano a 405.500 kilómetros, esta proximidad no se traduce en un punto observable en la superficie terrestre. La Luna, en su perigeo, puede estar sobre cualquier punto del globo. Imaginemos la Tierra rodeada por una esfera imaginaria con un radio de 363.300 kilómetros. El perigeo ocurre cuando la Luna cruza esa esfera, independientemente de la ubicación geográfica desde la que la observemos.

En lugar de buscar un “dónde” observar el perigeo, deberíamos preguntarnos “cuándo”. La fecha y hora del perigeo varían mensualmente, siguiendo el ciclo orbital lunar. Es en ese momento, sin importar nuestra ubicación en la Tierra, que la Luna se encuentra en su punto más cercano. Si coincide con la Luna llena, tendremos una “superluna”, un fenómeno visualmente apreciable donde la Luna se ve ligeramente más grande y brillante. Sin embargo, la superluna es una consecuencia del perigeo, no el perigeo en sí mismo.

Es importante, pues, distinguir entre el evento orbital (perigeo) y sus posibles efectos visibles (como la superluna). El perigeo, esa danza invisible que acerca y aleja a nuestro satélite, es un recordatorio constante de la dinámica celestial, un fenómeno que, aunque no se observa en un lugar concreto, influye silenciosamente en la relación entre la Tierra y la Luna.