¿Por qué no podemos ver la luz infrarroja?

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La incapacidad humana para ver la luz infrarroja se debe a su longitud de onda. Más larga que la luz visible, excede la capacidad de recepción de nuestros fotorreceptores oculares, haciendo que esta radiación térmica permanezca invisible para nosotros.
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Descubriendo la Incapacidad Humana para Detectar la Luz Infrarroja

La luz infrarroja es una forma de radiación electromagnética situada más allá del extremo rojo del espectro visible. A diferencia de la luz visible, que podemos percibir con nuestros ojos, la luz infrarroja permanece invisible para nosotros debido a una peculiaridad de nuestros fotorreceptores oculares.

Longitud de Onda: El Factor Limitante

La longitud de onda de la luz infrarroja es significativamente más larga que la de la luz visible. Esta diferencia en la longitud de onda determina la capacidad de nuestros ojos para detectarla.

La luz visible, que va desde el violeta al rojo, tiene longitudes de onda que van aproximadamente de 400 a 700 nanómetros (nm). Por el contrario, la luz infrarroja tiene longitudes de onda que oscilan entre 700 nm y 1 milímetro (mm), lo que excede el rango de sensibilidad de nuestros ojos.

Fotorreceptores Oculares: Afinados para la Luz Visible

Nuestros ojos contienen fotorreceptores especializados llamados conos y bastones que son responsables de convertir la luz en señales eléctricas. Los conos, que proporcionan la visión del color en condiciones de buena iluminación, son sensibles a las longitudes de onda de la luz visible. Los bastones, que facilitan la visión en condiciones de poca luz, también se limitan a responder a las longitudes de onda de la luz visible.

Radiación Térmica Invisible

La luz infrarroja es emitida por todos los objetos calientes, incluidos nuestros cuerpos y el sol. Esta radiación, también conocida como radiación térmica, contiene información sobre la temperatura de los objetos. Sin embargo, debido a que nuestros fotorreceptores no pueden detectar la luz infrarroja, esta información térmica permanece oculta para nosotros.

Aplicaciones Prácticas

A pesar de nuestra incapacidad para ver la luz infrarroja, la tecnología ha ideado formas de convertirla en imágenes visibles. Las cámaras termográficas, por ejemplo, utilizan sensores que convierten la radiación infrarroja en señales eléctricas que luego se convierten en imágenes térmicas.

Estas cámaras permiten visualizar la distribución de la temperatura en los objetos, lo que resulta útil en diversas aplicaciones, como la detección de fugas de calor en los edificios, el diagnóstico médico y el control industrial.