¿Qué es el sinclitismo y el asinclitismo?

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En sinclitismo, los huesos parietales se encuentran al mismo nivel. En asinclitismo, la inclinación lateral de la cabeza causa que un hueso parietal esté más bajo que el otro.

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Sinclitismo y Asinclitismo: Un Baile Complejo en el Parto

El parto, un proceso fisiológico asombroso, a menudo presenta desafíos que requieren una comprensión profunda de la mecánica del trabajo de parto. Dentro de esta compleja coreografía, la posición y el movimiento de la cabeza fetal juegan un papel crucial. Dos términos clave que describen la relación entre la cabeza fetal y la pelvis materna son el sinclitismo y el asinclitismo. Su correcta identificación es fundamental para la monitorización y la gestión del trabajo de parto, especialmente en situaciones potencialmente complicadas.

El sinclitismo se refiere a una situación ideal durante el descenso fetal. En este escenario, los huesos parietales (huesos que forman la parte superior del cráneo) se encuentran a un mismo nivel en relación con los planos de la pelvis materna. Imaginemos la cabeza del feto como una esfera que desciende suavemente a través del canal del parto: en el sinclitismo, ambos lados de la cabeza se mueven de forma paralela, manteniendo una simetría en su relación con la pelvis. Esta alineación facilita el progreso del parto, minimizando la posibilidad de obstrucciones o complicaciones. Esencialmente, la cabeza fetal “baja” de forma uniforme, como si estuviera deslizándose por una rampa.

Por el contrario, el asinclitismo representa una desviación de este ideal. Se caracteriza por una inclinación lateral de la cabeza fetal, que resulta en uno de los huesos parietales situándose a un nivel inferior que el otro con respecto a la pelvis materna. Esta asimetría puede ser anterior o posterior, dependiendo de qué parietal está más bajo. Si el parietal anterior está más bajo, se le denomina asinclitismo anterior o oblicuidad anterior de la presentación. Si es el parietal posterior el que se encuentra más descendido, se trata de un asinclitismo posterior o oblicuidad posterior de la presentación.

La causa principal del asinclitismo es la falta de una adaptación óptima entre la forma y el tamaño de la cabeza fetal y la pelvis materna. Factores como la morfología pélvica, la posición y la presentación fetal, así como la contractibilidad uterina pueden contribuir a este desalineamiento. Aunque muchas veces el asinclitismo es una postura pasajera y se resuelve espontáneamente durante el parto, en otros casos puede dificultar el descenso fetal y prolongar el trabajo de parto. En situaciones donde el asinclitismo persiste y se asocia a sufrimiento fetal, puede ser necesaria la intervención médica, como la aplicación de fórceps o una cesárea.

En resumen, comprender la diferencia entre sinclitismo y asinclitismo es crucial para el correcto manejo del trabajo de parto. Si bien el sinclitismo representa un descenso ideal y simétrico de la cabeza fetal, el asinclitismo, aunque a menudo fisiológico, requiere una monitorización cuidadosa para descartar complicaciones potenciales. La evaluación clínica, complementada con técnicas de imagen como la ecografía, permite identificar y gestionar estas variaciones de posición fetal, optimizando así los resultados tanto para la madre como para el recién nacido.