¿Qué es lo que hay en la cara oculta de la Luna?

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La cara oculta de la Luna presenta una corteza más gruesa y una mayor concentración de cráteres que la visible desde la Tierra. Su superficie difiere notablemente en apariencia.
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Descubriendo los misterios de la cara oculta de la Luna

Mientras que la cara visible de la Luna es familiar para muchos, su lado oculto, que permanece invisible desde la Tierra, guarda fascinantes secretos. A diferencia de su contraparte familiar, la cara oculta presenta un paisaje radicalmente diferente, marcado por una corteza más gruesa, una mayor concentración de cráteres y una topografía distintiva.

Una corteza más gruesa

Una de las características más notables de la cara oculta de la Luna es su corteza más gruesa, que alcanza un promedio de 100 kilómetros de espesor. En comparación, la corteza de la cara visible tiene un grosor de aproximadamente 60 kilómetros. Esta diferencia se atribuye a un bombardeo más intenso de meteoritos y asteroides en la cara oculta durante los primeros mil millones de años de la historia de la Luna.

Una mayor concentración de cráteres

La cara oculta de la Luna también alberga una mayor concentración de cráteres que la cara visible. Se estima que hay aproximadamente 300.000 cráteres con diámetros superiores a 1 kilómetro en la cara oculta, mientras que solo hay alrededor de 150.000 en la cara visible. Esta mayor densidad de cráteres es otro testimonio del bombardeo más intenso que sufrió la cara oculta.

Topografía distintiva

Además de sus diferencias en la corteza y los cráteres, la cara oculta de la Luna también presenta una topografía distintiva. Está dominada por grandes cuencas de impacto, incluidas la Cuenca Aitken y la Cuenca del Polo Sur-Aitken. Estas cuencas son los restos de impactos masivos que crearon enormes depresiones en la superficie lunar.

Otra característica notable de la cara oculta es la Cordillera de Leibnitz, una cadena montañosa que se extiende por más de 1.600 kilómetros. Se cree que esta cordillera se formó como resultado de la actividad tectónica relacionada con los impactos que crearon las cuencas cercanas.

Explorando la cara oculta

La cara oculta de la Luna ha sido explorada por varias misiones espaciales, incluidas las sondas soviéticas Luna 3 y Zond 3, y el Lunar Reconnaissance Orbiter de la NASA. Estas misiones han proporcionado imágenes detalladas de la superficie, revelando su naturaleza compleja y misteriosa.

La exploración continua de la cara oculta de la Luna promete revelar aún más conocimientos sobre la historia y la formación de nuestro vecino celestial. Al comprender las diferencias entre las caras visible y oculta, los científicos pueden obtener una comprensión más profunda de la evolución de la Luna y su papel en el sistema solar.