¿Cuál es el efecto secundario de la cal?

El lado menos dulce de la cal: Efectos secundarios del exceso

Si bien es cierto que el consumo de pequeñas cantidades de cal no supone un riesgo para la salud, e incluso aporta minerales beneficiosos como el calcio y el magnesio, la ingesta excesiva o la exposición prolongada a altas concentraciones de este material alcalino puede generar efectos secundarios indeseables. Es fundamental distinguir entre la presencia natural de minerales derivados de fuentes calcáreas en aguas embotelladas, y la exposición a la cal en otras circunstancias, como la manipulación de productos de limpieza, la agricultura o la industria.

En este artículo, nos centraremos en los potenciales efectos negativos de la sobreexposición a la cal, más allá del consumo moderado presente en el agua potable.

Irritación cutánea y ocular: El contacto directo con la cal, especialmente la cal viva (óxido de calcio) o la cal apagada (hidróxido de calcio), puede causar irritación, quemaduras químicas, dermatitis e incluso ulceraciones en la piel. En los ojos, la exposición puede provocar conjuntivitis, queratitis e, en casos severos, daño corneal permanente. Es crucial utilizar equipo de protección personal adecuado, como guantes, gafas y mascarillas, al manipular estos productos.

Problemas respiratorios: La inhalación de polvo de cal puede irritar las vías respiratorias, provocando tos, dificultad para respirar, bronquitis e incluso agravar enfermedades pulmonares preexistentes como el asma. En ambientes laborales donde se maneja cal, es esencial implementar sistemas de ventilación adecuados y utilizar máscaras respiratorias para minimizar la exposición.

Problemas digestivos: Ingerir grandes cantidades de cal puede causar irritación gastrointestinal, náuseas, vómitos, dolor abdominal y diarrea. Si bien es poco probable alcanzar niveles tóxicos a través del agua potable, la ingesta accidental de productos que contienen altas concentraciones de cal puede ser peligrosa, especialmente para niños.

Daño al medio ambiente: La industria de la cal, si no se gestiona adecuadamente, puede tener un impacto ambiental negativo. La producción de cal a partir de la calcinación de la piedra caliza genera emisiones de dióxido de carbono, contribuyendo al efecto invernadero. Además, los vertidos de residuos de cal pueden alterar el pH del suelo y del agua, afectando la flora y fauna locales.

Es importante destacar que los efectos secundarios descritos se relacionan con la sobreexposición a la cal, no con su presencia natural en el agua potable. Un consumo moderado de agua con minerales derivados de fuentes calcáreas no representa un riesgo para la salud, sino que aporta beneficios. Sin embargo, la precaución y el uso de equipo de protección son fundamentales al manipular productos con altas concentraciones de cal. Ante cualquier duda o síntoma, es recomendable consultar con un profesional de la salud.