¿Cuál es mejor, agua alcalina o purificada?

Agua Alcalina vs. Agua Purificada: ¿Una cuestión de marketing o de salud?

El mercado del agua embotellada ofrece una amplia variedad de opciones, cada una con sus propias promesas de beneficios para la salud. Dos de las más populares son el agua alcalina y el agua purificada, pero ¿cuál es realmente la mejor opción para nuestra salud? La respuesta, como veremos, es menos sencilla de lo que la publicidad podría sugerir.

El agua purificada, obtenida a través de procesos como la ósmosis inversa, la destilación o la filtración de carbón activado, se caracteriza por la eliminación de impurezas como sedimentos, cloro, metales pesados y otros contaminantes. Su pH suele ser neutro (alrededor de 7), lo que significa que no es ni ácida ni alcalina. Su principal beneficio radica en la seguridad y pureza del agua, ideal para personas preocupadas por la calidad del agua del grifo. No se le atribuyen, científicamente, propiedades terapéuticas específicas más allá de la hidratación.

Por otro lado, el agua alcalina, con un pH superior a 7, se ha convertido en un producto estrella, rodeado de afirmaciones audaces sobre sus capacidades para mejorar la salud. Se promociona como un elixir que neutraliza la acidez de la sangre, previniendo enfermedades crónicas como el cáncer y las enfermedades cardiovasculares. Sin embargo, es crucial destacar que no existe evidencia científica sólida que respalde estas afirmaciones.

La idea de que el agua alcalina alcaliniza la sangre es errónea. Nuestro cuerpo posee un sofisticado sistema de regulación del pH sanguíneo, manteniéndolo dentro de un rango estrecho (ligeramente alcalino) a pesar de lo que consumamos. Beber agua alcalina no altera significativamente este equilibrio. Los estudios científicos que se han realizado hasta la fecha no han demostrado una relación causal entre el consumo de agua alcalina y la prevención o el tratamiento de enfermedades crónicas. La mayoría de los beneficios atribuidos al agua alcalina se basan en afirmaciones anecdóticas y no en evidencia científica rigurosa.

En resumen, la elección entre agua alcalina y agua purificada depende de las prioridades individuales. Si busca una opción segura y libre de contaminantes, el agua purificada es una excelente opción. Si prioriza la pureza del agua, la purificada, con sus certificados de calidad, es superior. Si, por otro lado, se busca una alternativa con un pH más alto, el agua alcalina puede ser una opción, pero es importante recordar que no existen beneficios para la salud demostrados científicamente más allá de la hidratación que proporciona cualquier tipo de agua potable. No se debe considerar una panacea ni un sustituto de una dieta equilibrada y un estilo de vida saludable. Optar por el agua alcalina basándose en las afirmaciones no respaldadas científicamente puede implicar un gasto innecesario. La mejor opción siempre será mantenerse informado y consultar con un profesional de la salud antes de tomar decisiones sobre la ingesta de agua o cualquier otro aspecto relacionado con su salud.