¿Cuánto tiempo se deja hervir el agua?

El hervor del agua: tiempo y seguridad

Hervir el agua es una práctica fundamental para garantizar su potabilidad y eliminar microorganismos perjudiciales para la salud. Pero, ¿cuánto tiempo es realmente necesario mantener el agua hirviendo para asegurar su completa desinfección? La respuesta, aunque sencilla, requiere ciertas precisiones.

La recomendación general es hervir el agua vigorosamente, es decir, a borbotones, durante al menos un minuto. Este tiempo es suficiente, en la mayoría de los casos, para eliminar bacterias, virus y protozoos que puedan estar presentes. Visualmente, un hervor a borbotones implica una ebullición constante y enérgica, con burbujas grandes que rompen la superficie del agua continuamente.

Sin embargo, es importante considerar la altitud. A mayor altitud, la presión atmosférica disminuye, lo que provoca que el punto de ebullición del agua también sea menor. En zonas elevadas, el agua hervirá a una temperatura inferior a los 100°C, y por lo tanto, el minuto de hervor estándar podría no ser suficiente para garantizar la eliminación completa de patógenos.

En altitudes superiores a los 2.000 metros sobre el nivel del mar, se recomienda extender el tiempo de ebullición. Una buena práctica es añadir un minuto adicional por cada 300 metros de incremento en la altitud. Por ejemplo, a 2.600 metros, se debería hervir el agua durante al menos tres minutos.

Es importante destacar que este proceso de hervir el agua elimina los microorganismos, pero no elimina contaminantes químicos ni metales pesados. Si se sospecha la presencia de estos elementos, se deben utilizar métodos de purificación adicionales, como filtros específicos o sistemas de ósmosis inversa.

Finalmente, una vez hervida, el agua debe dejarse enfriar de forma natural y almacenarse en recipientes limpios y tapados para evitar una posible recontaminación.

En resumen, hervir el agua a borbotones durante un minuto es una medida eficaz para su desinfección en la mayoría de los casos. No obstante, la altitud juega un papel crucial, y en zonas elevadas es necesario ajustar el tiempo de ebullición para asegurar la eliminación completa de bacterias y virus, garantizando así la seguridad del agua para el consumo.