¿Por qué las infusiones no cuentan como agua?

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Aunque deliciosas, las infusiones no reemplazan el agua. Su efecto diurético puede incluso deshidratarnos. Para una correcta hidratación, debemos complementarlas con la ingesta de agua pura.

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¿Por qué las infusiones no cuentan como agua? El mito de la hidratación a base de té

A menudo, en nuestra búsqueda por una vida más saludable, incorporamos infusiones de hierbas y tés a nuestra dieta. Nos deleitamos con sus aromas y sabores, convencidos de que contribuyen a nuestra hidratación diaria. Sin embargo, aunque deliciosas y reconfortantes, las infusiones no pueden reemplazar completamente al agua pura. De hecho, en algunos casos, pueden incluso contribuir a la deshidratación.

Si bien las infusiones están compuestas principalmente de agua, la presencia de ciertos compuestos bioactivos altera su función en nuestro organismo. El principal culpable de esta diferencia es el efecto diurético de muchas hierbas. Compuestos como la cafeína (presente en el té negro, verde y blanco), la teobromina (en el cacao) y la teofilina (en el té y el mate), estimulan la producción de orina. Este aumento en la diuresis puede llevar a una pérdida neta de líquidos si no se compensa con una ingesta adecuada de agua pura.

Imaginemos una balanza: por un lado, ingresan líquidos al cuerpo a través de la infusión. Por el otro, se pierden líquidos a través de la orina estimulada por los componentes de la infusión. Si la pérdida es mayor que la ganancia, el resultado es una deshidratación, aunque leve.

Además del efecto diurético, algunas infusiones pueden contener pequeñas cantidades de minerales, como sodio y potasio, que también influyen en el equilibrio hídrico. Si bien estos minerales son esenciales para el organismo, un exceso en su consumo a través de infusiones concentradas puede ejercer una presión adicional sobre los riñones, incrementando la necesidad de eliminarlos a través de la orina.

Es importante destacar que las infusiones no son “malas” y ofrecen múltiples beneficios para la salud, como el aporte de antioxidantes y propiedades antiinflamatorias, dependiendo de la planta utilizada. Simplemente, no deben considerarse un sustituto completo del agua.

Para una correcta hidratación, la clave es el equilibrio. Podemos disfrutar de nuestras infusiones favoritas, pero debemos complementarlas con la ingesta de agua pura a lo largo del día. Escuchar las señales de nuestro cuerpo, como la sed, y observar el color de la orina (un color claro indica una buena hidratación) son indicadores útiles para asegurarnos de que estamos bebiendo suficiente agua. En definitiva, mientras las infusiones pueden ser un complemento valioso para una dieta saludable, el agua pura sigue siendo la reina indiscutible de la hidratación.