¿Qué no comer para los riñones?

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Reducir el consumo de proteínas animales, como carnes rojas, aves y vísceras, puede ayudar a prevenir la formación de cálculos renales. Un médico puede recomendar una dieta específica según tus necesidades individuales para minimizar este riesgo. Opta por fuentes de proteína más suaves para la salud renal.
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Qué evitar comer para mantener la salud renal

Los riñones son órganos vitales responsables de filtrar los desechos de la sangre, regular los niveles de líquidos y electrolitos, y producir hormonas. Mantener los riñones sanos es esencial para el bienestar general. Ciertos alimentos pueden dañar los riñones o agravar las afecciones renales existentes.

Reducción de la ingesta de proteínas animales

Las proteínas animales, como las carnes rojas, las aves y las vísceras, son ricas en fósforo, que puede contribuir a la formación de cálculos renales. Los riñones tienen dificultades para eliminar el exceso de fósforo, lo que puede provocar un desequilibrio electrolítico y daños renales.

Proteínas más suaves para los riñones

En lugar de proteínas animales, opta por fuentes de proteínas más suaves para la salud renal, como:

  • Legumbres (frijoles, guisantes, lentejas)
  • Tofu y tempeh
  • Huevos
  • Productos lácteos bajos en fósforo (por ejemplo, leche descremada, yogur griego)
  • Nueces y semillas

Otras pautas dietéticas para la salud renal

Además de reducir la ingesta de proteínas animales, las personas con afecciones renales también deben:

  • Limitar el consumo de sal: La sal puede aumentar la presión arterial, lo que somete estrés a los riñones.
  • Evitar los alimentos procesados: Estos alimentos suelen ser altos en sal, fósforo y aditivos que pueden dañar los riñones.
  • Hidratarse adecuadamente: Beber mucha agua ayuda a los riñones a eliminar los desechos y prevenir la formación de cálculos.
  • Considerar una dieta baja en potasio: El potasio es otro electrolito que puede acumularse en la sangre si los riñones no funcionan correctamente.

Consultar con un médico

Es importante consultar con un médico antes de realizar cambios significativos en la dieta. Un médico puede recomendar una dieta específica según las necesidades individuales para minimizar el riesgo de daño renal o agravar las afecciones renales existentes.