¿Qué pasa si prendes fuego a la sal?

34 ver
La sal común, expuesta a altas temperaturas, no arde. En cambio, sufre una descomposición térmica, separándose en sus elementos constituyentes: sodio y cloro. Este proceso no implica combustión, sino una transformación química.
Comentarios 0 gustos

¿Qué sucede cuando prendes fuego a la sal?

La sal común, el cloruro de sodio (NaCl), es una sustancia inorgánica que no es inflamable. Cuando se expone a altas temperaturas, como las llamas de un fuego, no arde en el sentido tradicional. En cambio, experimenta una transformación química conocida como descomposición térmica.

Descomposición térmica de la sal

Cuando la sal se calienta a temperaturas suficientemente altas, típicamente por encima de los 800 grados Celsius, sus moléculas de cloruro de sodio comienzan a descomponerse. Este proceso implica la ruptura del enlace iónico entre el sodio y el cloro, lo que lleva a la formación de los elementos constituyentes:

  • Sodio (Na)
  • Cloro (Cl)

La ecuación química para esta descomposición térmica es:

NaCl(s) → Na(l) + Cl(g)

Donde:

  • NaCl(s) es la sal sólida
  • Na(l) es el sodio fundido
  • Cl(g) es el cloro gaseoso

¿Es esto combustión?

Es importante señalar que la descomposición térmica de la sal no es un proceso de combustión. La combustión implica una reacción química rápida entre una sustancia y un oxidante (generalmente oxígeno), que produce calor y luz. En el caso de la sal, no hay oxidante presente, por lo que no se produce combustión.

Aplicaciones de la descomposición térmica de la sal

La descomposición térmica de la sal tiene algunas aplicaciones industriales importantes:

  • Producción de sodio: El sodio metálico se puede producir mediante la electrólisis de la sal fundida.
  • Purificación del cloro: El cloro gaseoso producido por la descomposición de la sal se puede purificar mediante diversos métodos para su uso como desinfectante o agente blanqueador.

Conclusión

Prender fuego a la sal no la hace arder, sino que provoca su descomposición térmica. Este proceso separa la sal en sodio y cloro, que se forman como elementos distintos. A diferencia de la combustión, la descomposición térmica de la sal no implica ninguna reacción con un oxidante y no produce calor ni luz.