¿Qué se siente cuando estás en déficit calórico?

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Un déficit calórico puede manifestarse con fatiga, mareos y dolores de cabeza. Problemas digestivos como estreñimiento o diarrea son comunes. A largo plazo, puede haber pérdida de masa muscular y, con dietas desequilibradas, riesgo de desmineralización ósea o problemas renales.

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El Lado B del Adelgazamiento: ¿Qué Sientes Realmente al Estar en Déficit Calórico?

La búsqueda de un físico ideal o una mejor salud a menudo nos lleva al concepto del “déficit calórico”. En esencia, significa consumir menos calorías de las que quemamos, obligando al cuerpo a utilizar sus reservas de energía (principalmente grasa) para compensar la diferencia. Si bien la teoría suena simple, la experiencia de estar en déficit calórico es mucho más compleja y variada de lo que la mayoría imagina.

Más allá de los números y las tablas de calorías, el déficit calórico impacta directamente en cómo nos sentimos, tanto física como mentalmente. No se trata simplemente de “pasar hambre”; es una adaptación fisiológica que puede desencadenar una serie de sensaciones y cambios en nuestro organismo.

La Experiencia Física del Déficit Calórico:

En las primeras etapas, especialmente si el déficit es pronunciado, la fatiga es uno de los síntomas más comunes. El cuerpo, acostumbrado a una mayor ingesta de energía, debe adaptarse a funcionar con menos combustible. Esto se traduce en una sensación generalizada de cansancio, dificultad para concentrarse y una disminución en los niveles de energía durante el día.

Esta fatiga puede venir acompañada de mareos y dolores de cabeza. La reducción en la ingesta de carbohidratos, una fuente principal de energía para el cerebro, puede afectar su funcionamiento óptimo y provocar estos síntomas. La deshidratación, a menudo inadvertida en dietas restrictivas, también puede contribuir a los mareos.

El sistema digestivo también se ve afectado. Problemas digestivos como el estreñimiento o la diarrea no son infrecuentes. El cambio en la dieta, la reducción de la fibra o la alteración de la microbiota intestinal pueden ser los culpables. Además, la menor ingesta de alimentos puede ralentizar el tránsito intestinal, favoreciendo el estreñimiento.

Consecuencias a Largo Plazo y la Importancia del Equilibrio:

Si bien un déficit calórico bien gestionado puede ser una herramienta efectiva para la pérdida de peso, mantenerlo a largo plazo y de forma drástica puede tener consecuencias negativas.

Una de las preocupaciones más importantes es la pérdida de masa muscular. El cuerpo, en su intento de ahorrar energía, puede recurrir a la proteína muscular como fuente de combustible. Esto no solo afecta la fuerza y el metabolismo basal, sino que también puede hacer que la pérdida de peso sea más difícil de mantener a largo plazo.

Además, dietas desequilibradas en déficit calórico pueden conllevar serios riesgos para la salud. La falta de nutrientes esenciales, como calcio y vitamina D, puede aumentar el riesgo de desmineralización ósea, lo que puede conducir a la osteoporosis. También existe un riesgo de problemas renales si la dieta es demasiado rica en proteínas o no proporciona suficiente hidratación.

En Conclusión: Escucha a tu Cuerpo y Busca Asesoramiento Profesional:

Estar en déficit calórico no es una experiencia universal. La intensidad y la duración de los síntomas varían de persona a persona y dependen de factores como la edad, el nivel de actividad física, la composición corporal y la salud general.

La clave para un déficit calórico exitoso y saludable reside en la moderación, el equilibrio y la escucha activa a las señales del cuerpo. No se trata de privarse severamente, sino de hacer elecciones inteligentes y nutritivas.

Antes de embarcarte en cualquier dieta restrictiva, es fundamental buscar el asesoramiento de un profesional de la salud, como un nutricionista o un dietista. Ellos pueden ayudarte a diseñar un plan de alimentación personalizado que se adapte a tus necesidades y objetivos, minimizando los riesgos y maximizando los beneficios. Recuerda, la salud es una inversión a largo plazo, y un enfoque equilibrado es esencial para lograr resultados duraderos y mantener un bienestar óptimo.