¿Cómo saber si un producto ya ha vencido?

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Según la normativa, la fecha de vencimiento debe estar grabada o marcada claramente en el envase de los alimentos. No se permite su adhesión con pegatinas. Debe indicarse en orden: día, mes y año.

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Más Allá de la Fecha: Cómo Saber si un Producto Está Vencido

La fecha de caducidad, esa pequeña inscripción que nos mira desde el envase de nuestros alimentos, suele ser el primer y a veces único indicador que utilizamos para determinar si un producto está en buen estado. Pero, ¿es suficiente con fiarse solo de ella? La respuesta, como veremos, es un poco más compleja de lo que parece.

La normativa es clara: la fecha de vencimiento, también conocida como “fecha de consumo preferente” o “fecha de duración mínima”, debe estar impresa directamente sobre el envase del alimento, de forma legible e indeleble. Se prohíbe su añadido mediante etiquetas o pegatinas, asegurando así su permanencia y evitando confusiones. El orden, tal y como se indica en la normativa, es crucial: día, mes y año. Esta simple regla facilita la rápida identificación de la fecha límite de consumo.

Sin embargo, la fecha de caducidad no es una barrera infranqueable. Aunque tras ella el producto puede experimentar una pérdida de calidad, como cambios en el sabor, textura o aroma, esto no siempre implica que sea inseguro para el consumo. Aquí es donde entra en juego la observación atenta. Antes de descartar un producto “vencido”, hay que realizar una inspección sensorial exhaustiva:

  • Inspección visual: ¿Presenta el producto algún cambio significativo en su apariencia? Busque moho, cambios de color inusuales, deformación del envase, o la presencia de burbujas o grumos inesperados.
  • Inspección olfativa: El olfato es un aliado poderoso. ¿Desprende un olor desagradable, ácido, rancio o diferente al habitual? Un cambio drástico en el aroma indica una posible descomposición.
  • Inspección táctil: ¿Ha cambiado su textura? Algunos alimentos, como los yogures, pueden presentar una separación de fases o una textura grumosa indicativa de deterioro.
  • Inspección gustativa (con precaución): Como último recurso, una pequeña cata puede confirmar si el alimento aún es apto para el consumo. Sin embargo, solo proceda si las anteriores inspecciones no han revelado indicios de deterioro, y deseche el producto inmediatamente si percibe algún sabor o textura anómalos.

Es importante recordar que la fecha de consumo preferente se refiere a la calidad del producto, no a su seguridad. Después de esta fecha, el alimento puede perder sus propiedades organolépticas (sabor, aroma, textura), pero esto no siempre implica que sea perjudicial para la salud. En cambio, la fecha de “consumir preferentemente antes de…” se refiere a un periodo en el cual el producto conserva sus características óptimas.

En definitiva, fiarse únicamente de la fecha impresa puede llevar al desperdicio innecesario de alimentos. Una inspección cuidadosa, utilizando nuestros sentidos, nos ayudará a determinar con mayor precisión si un producto, incluso pasado su fecha de vencimiento, es aún apto para el consumo, reduciendo el desperdicio alimentario y ahorrando recursos. La clave reside en la observación y el buen juicio, siempre priorizando la seguridad alimentaria.