¿Cómo se denomina la acción de tragar la comida?

El viaje del bocado: Más allá de simplemente “tragar”

Solemos referirnos a la acción de tragar comida simplemente como “tragar”. Sin embargo, este término, aunque coloquialmente correcto, simplifica un proceso fisiológico sorprendentemente complejo y vital: la deglución. Más que un simple acto de pasar el alimento de la boca al estómago, la deglución es una coreografía neuromuscular precisa que garantiza el tránsito seguro y eficiente del bolo alimenticio hacia el sistema digestivo.

La deglución, por tanto, es el nombre preciso para el proceso por el cual la comida y los líquidos transitan desde la cavidad bucal hasta el estómago. Este viaje, aparentemente sencillo, implica la sincronización perfecta de más de 20 músculos y nervios craneales. Imaginemos por un momento la complejidad de esta acción: un bolo alimenticio, masticado y mezclado con saliva, debe ser propulsado a través de la faringe, una zona compartida con las vías respiratorias, sin que se produzcan desvíos que puedan provocar atragantamiento. La precisión de este mecanismo es esencial para nuestra supervivencia.

Este proceso se divide en tres fases principales:

• Fase oral: Esta etapa es la única voluntaria. Aquí, la lengua juega un papel protagonista, recogiendo el bolo alimenticio masticado y empujándolo hacia la parte posterior de la boca, contra el paladar duro. Esta acción inicia el reflejo de deglución.

• Fase faríngea: Una vez iniciado el reflejo, la deglución pasa a ser involuntaria. En esta fase, el paladar blando se eleva para cerrar la nasofaringe, impidiendo que la comida entre en la nariz. Simultáneamente, la epiglotis, una especie de “tapa” cartilaginosa, se pliega sobre la laringe, protegiendo las vías respiratorias y desviando el bolo alimenticio hacia el esófago. La faringe se contrae, impulsando el alimento hacia abajo.

• Fase esofágica: En la etapa final, el bolo alimenticio entra en el esófago, un tubo muscular que conecta la faringe con el estómago. Ondas de contracciones musculares, llamadas peristaltismo, empujan el alimento a lo largo del esófago hasta llegar al estómago. El esfínter esofágico inferior, un músculo circular en la base del esófago, se relaja para permitir el paso del bolo al estómago y luego se contrae para evitar el reflujo gástrico.

La deglución, por lo tanto, es mucho más que “tragar”. Es un proceso intrincado y vital que demuestra la asombrosa coordinación de nuestro cuerpo para asegurar la correcta nutrición. Comprender su mecánica nos permite apreciar la maravillosa complejidad que se esconde tras un acto tan cotidiano.