¿Cómo se llama la gente que come mucho?

1 ver

Quienes padecen de atracón compulsivo, un trastorno alimentario distinto a la bulimia, consumen grandes cantidades de comida en cortos periodos, sin los comportamientos compensatorios posteriores como vómitos o laxantes que caracterizan a la bulimia. Sufren una intensa angustia por la ingesta.

Comentarios 0 gustos

Más Allá del “Comemucho”: Entendiendo el Atracón Compulsivo

La imagen popular de alguien que “come mucho” suele asociarse con un simple apetito voraz o una falta de control en la mesa. Sin embargo, la realidad detrás de una ingesta excesiva de comida puede ser mucho más compleja y, en muchos casos, se trata de un trastorno alimentario serio: el atracón compulsivo.

A diferencia de la percepción simplista de un “glotón”, el atracón compulsivo no se caracteriza simplemente por comer grandes cantidades de comida. Es una condición que implica un ciclo de ingesta excesiva fuera de control, donde se consumen cantidades significativamente mayores de alimentos en un periodo de tiempo corto (por ejemplo, en dos horas) de lo que la mayoría de las personas comerían en circunstancias similares. Este consumo se caracteriza por una sensación de pérdida de control, como si la persona no pudiera detenerse a pesar de estar llena o no tener hambre.

Es crucial distinguir el atracón compulsivo de la bulimia nerviosa. Si bien ambos involucran episodios de atracones, la bulimia se diferencia por la presencia de comportamientos compensatorios después del atracón, como el vómito autoinducido, el uso excesivo de laxantes, diuréticos o enemas, ayunos prolongados o ejercicio físico excesivo. En el atracón compulsivo, estos comportamientos compensatorios no están presentes. La persona que lo padece se siente abrumada por una profunda culpa y angustia tras el episodio de atracón, generando un ciclo de emociones negativas que perpetúan el trastorno.

La angustia emocional es un elemento clave del atracón compulsivo. No se trata simplemente de disfrutar de la comida; se trata de una búsqueda compulsiva de alivio a través de la comida, que, paradójicamente, solo genera más malestar. Esta angustia puede estar relacionada con diversos factores, como la ansiedad, la depresión, el estrés o traumas pasados. La comida se convierte, entonces, en un mecanismo de afrontamiento disfuncional.

Por lo tanto, la etiqueta de “comemucho” es insuficiente e incluso reduccionista para describir la complejidad del atracón compulsivo. Es fundamental comprender que se trata de un trastorno mental que requiere atención profesional. Si usted o alguien que conoce experimenta episodios recurrentes de atracones con una sensación de pérdida de control y una posterior angustia significativa, es crucial buscar ayuda de un profesional de la salud mental, como un psicólogo o psiquiatra especializado en trastornos alimenticios. Recibir el diagnóstico correcto y un tratamiento adecuado es esencial para romper el ciclo y recuperar una relación saludable con la comida y el propio cuerpo.