¿Qué comer para curar la gastritis crónica?

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Para la gastritis crónica, se aconseja una dieta rica en fibra de frutas, verduras y cereales integrales; proteínas magras como pollo, pescado blanco y clara de huevo; y lácteos descremados. Evite bebidas carbonatadas y con cafeína. La hidratación adecuada es fundamental.
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Alimentando la Cura: Una Guía Nutricional para la Gastritis Crónica

La gastritis crónica, una inflamación persistente del revestimiento del estómago, puede ser un desafío para la salud y la calidad de vida. Si bien el tratamiento médico es fundamental, la alimentación juega un rol crucial en su manejo y, en muchos casos, en su mejoría. Olvida la idea de una dieta restrictiva y aburrida; una alimentación adecuada para la gastritis crónica puede ser deliciosa y nutritiva. La clave reside en la elección consciente de los alimentos que consumimos.

En lugar de centrarnos en lo que debemos evitar, exploremos qué alimentos pueden contribuir activamente a la calma y reparación del estómago inflamado. La dieta para la gastritis crónica se basa en principios sencillos pero efectivos:

Priorizando la Reparación:

  • Fibra, tu aliada digestiva: La fibra, presente en abundancia en frutas (manzanas, plátanos maduros, peras), verduras (calabaza, zanahorias cocidas, espinacas) y cereales integrales (avena, arroz integral, quinoa), promueve la salud intestinal y regula el tránsito intestinal, previniendo el estreñimiento que puede agravar la gastritis. Recuerda incorporar la fibra gradualmente para evitar molestias.

  • Proteínas de alta calidad: Las proteínas magras son esenciales para la reparación de tejidos. El pollo sin piel, el pescado blanco (merluza, bacalao), la clara de huevo y los frijoles son excelentes opciones. Estas proteínas se digieren más fácilmente que las carnes rojas o las grasas saturadas.

  • Lácteos descremados (con precaución): Algunos individuos toleran bien los lácteos descremados, que aportan calcio y proteínas. Sin embargo, otros pueden experimentar molestias. Si notas acidez o malestar después de consumirlos, es mejor reducir su consumo o eliminarlos de la dieta. Opta por alternativas como leches vegetales fortificadas con calcio.

  • Hidratación constante: El agua es fundamental para la salud digestiva. Mantén una hidratación adecuada bebiendo al menos 2 litros de agua al día. Las infusiones de hierbas como manzanilla o jengibre (en pequeñas cantidades) pueden ayudar a calmar el estómago, pero siempre consulta con tu médico antes de incluirlas en tu régimen.

Lo que debes evitar:

La clave reside en la moderación y la observación de tu cuerpo. Algunos alimentos desencadenan la inflamación en distintas personas. Evita:

  • Bebidas carbonatadas: Las burbujas irritan la mucosa gástrica.
  • Cafeína: El café, el té y las bebidas energéticas pueden aumentar la producción de ácido estomacal.
  • Alimentos fritos y grasos: Dificultan la digestión y agravan la inflamación.
  • Alimentos picantes y ácidos: Pueden irritar el revestimiento del estómago.
  • Alcohol: Irrita la mucosa gástrica y puede empeorar los síntomas.

Recuerda: Esta información es orientativa. Es fundamental consultar con un médico o un nutricionista para diseñar un plan de alimentación personalizado que se adapte a tus necesidades específicas y a la gravedad de tu gastritis crónica. Un diagnóstico preciso y un seguimiento médico son esenciales para un tratamiento efectivo. Presta atención a las señales de tu cuerpo y ajusta tu alimentación en consecuencia. La recuperación de la gastritis crónica es un proceso gradual que requiere paciencia y constancia.