¿Cuál de las siguientes características es propia del realismo?

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El realismo literario se caracteriza por su fiel reflejo de la realidad social, rechazando lo fantástico y denunciando críticamente los problemas contemporáneos, ofreciendo una visión objetiva y detallada de la vida cotidiana.

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Más Allá del Espejo: Descifrando las Características Esenciales del Realismo Literario

El realismo, corriente literaria que floreció a mediados del siglo XIX, se presenta como una ventana directa a la sociedad, desechando las fantasías y los artificios románticos para sumergirse en la cruda realidad de su tiempo. Pero definirlo simplemente como “reflejo de la realidad” es una simplificación excesiva. Para comprender la esencia del realismo, debemos analizar sus características con mayor profundidad, desentrañando las sutilezas que lo distinguen de otros movimientos literarios.

A menudo, se afirma que el realismo se caracteriza por su fiel reflejo de la realidad social. Sin embargo, esta “fidelidad” no implica una mera descripción fotográfica del mundo. Los autores realistas no se limitaban a copiar la realidad; la interpretaban, la analizaban, la desmenuzaban para exponer sus contradicciones y desigualdades. Esta interpretación, a su vez, se manifestaba en una serie de rasgos distintivos:

  • Objetividad aparente: Si bien la subjetividad del autor siempre está presente, el realismo aspira a una objetividad narrativa. Se busca evitar la idealización romántica o la distorsión sentimental, priorizando la descripción precisa de hechos, personajes y ambientes. La focalización narrativa suele ser externa, permitiendo una perspectiva más amplia y aparentemente imparcial.

  • Detallismo minucioso: La descripción detallada es fundamental para la inmersión del lector en el mundo ficticio. No se trata solo de describir objetos, sino de recrear la atmósfera, el contexto social y las costumbres de la época con una precisión casi documental. El lenguaje, por tanto, suele ser preciso y conciso, alejándose de la retórica ampulosa del romanticismo.

  • Crítica social implícita o explícita: El realismo no se limita a observar pasivamente la realidad. Su propósito, a menudo, es denunciar las injusticias, las desigualdades y los problemas sociales de la época. Esta crítica puede ser sutil, insinuada a través de la descripción objetiva de las condiciones de vida de los personajes, o explícita, a través de la voz narrativa o de los propios personajes. La pobreza, la opresión, la hipocresía social, son temas recurrentes en la literatura realista.

  • Personajes complejos y verosímiles: Los personajes realistas no son héroes o villanos idealizados, sino individuos con virtudes y defectos, motivaciones complejas y contradicciones internas. Sus acciones son producto de su entorno social y psicológico, y su evolución a lo largo de la trama se ajusta a la verosimilitud.

  • Rechazo de lo fantástico: A diferencia del romanticismo, el realismo rechaza lo sobrenatural, lo mágico y lo fantástico. Se centra en el mundo tangible, en las experiencias cotidianas y en las relaciones humanas dentro de un marco de realidad palpable.

En conclusión, el realismo literario no se define únicamente por su reflejo de la realidad, sino por la manera específica en que aborda y presenta esa realidad: con objetividad aparente, detallismo minucioso, una crítica social subyacente, personajes verosímiles y un rechazo a lo fantástico. Es una corriente que, lejos de ser una simple descripción, propone una interpretación crítica del mundo, invitando al lector a reflexionar sobre la complejidad de la sociedad y la condición humana.