¿Por qué se llaman así el mar Rojo y el mar Negro?

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Antiguamente, culturas de Oriente Próximo, como la persa, asociaban colores a los puntos cardinales: el negro al norte, y el rojo al sur. Esta codificación cromática explica los nombres del Mar Negro, situado al norte de esas regiones, y el Mar Rojo, al sur.
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El origen cromático de los nombres del mar Rojo y el mar Negro

En el vasto mapa geográfico, dos mares destacan por sus nombres evocadores: el mar Rojo y el mar Negro. Pero, ¿de dónde proceden estos nombres? La respuesta se remonta a antiguas culturas de Oriente Próximo, donde la simbología cromática desempeñó un papel fundamental.

El norte y el sur, codificados en colores

En el antiguo mundo persa, los puntos cardinales se asociaban a colores específicos: el negro al norte y el rojo al sur. Esta codificación cromática reflejaba la percepción del mundo desde la perspectiva de estas culturas, que situaban el norte como un lugar frío y oscuro, mientras que el sur representaba el calor y la luz.

El mar Negro: al norte del crisol cultural

El mar Negro, situado al norte de las antiguas regiones de Oriente Próximo, recibió su nombre de esta asociación. Para los pueblos persas y otras culturas circundantes, el mar que se extendía hacia el norte era el “mar negro”, debido a su ubicación en el punto cardinal asociado a ese color.

El mar Rojo: al sur, bajo el sol abrasador

Siguiendo la misma lógica, el mar Rojo, situado al sur de estas culturas, fue denominado así por su posición en el sur, el punto cardinal del rojo. El mar, que se extendía hacia el sur, bajo el sol abrasador, recibió este nombre para representar su ubicación en la dirección asociada al color rojo.

Un legado cromático

Los nombres del mar Rojo y el mar Negro han perdurado a lo largo de los siglos, sirviendo como testimonio de las antiguas culturas que los nombraron. Estos nombres, lejos de ser meramente descriptivos, reflejan una compleja simbología cromática que vincula nuestra percepción del mundo con los colores que vemos.

Conclusión

Los nombres del mar Rojo y el mar Negro no son simplemente caprichosos; son vestigios de antiguas creencias y sistemas simbólicos. Al comprender su origen cromático, aprendemos no sólo la historia de estos mares, sino también sobre las culturas que los moldearon y le dieron nombre.