¿Qué significa la canción El mareo de Gustavo Cerati?

El Mareo de Cerati: Un naufragio sin drama, un adiós sin romanticismo

“El Mareo”, de Gustavo Cerati, no es una balada desgarrada ni una oda al desamor llorón. Es algo más sutil, más complejo. Es la representación sonora de un estado emocional posterior a una ruptura amorosa, un mareo existencial que se acepta sin el barniz del romanticismo agónico, sin la búsqueda desesperada de un culpable o una salida mágica. Es la desorientación misma, cristalizada en música.

La letra, aparentemente simple en su construcción, es rica en matices. No hay gritos de dolor, ni reproches explícitos. En lugar de ello, encontramos imágenes que evocan la confusión y la desestabilización que conlleva una pérdida significativa: “Un ruido sordo en mis oídos”, “Y el tiempo se quedó quieto”, “Un vacío profundo y callado”. Estas frases no describen una situación específica, sino un sentimiento, una sensación de extravío que se instala en el protagonista. Es un mareo no sólo físico, sino emocional y mental, que lo desestabiliza por completo.

El ritmo pausado y la instrumentación minimalista contribuyen a la atmósfera de desasosiego. La música no se rebela contra el dolor, lo acompaña; lo envuelve en una atmósfera opresiva pero no abrumadora. Hay una cierta resignación en la melodía, una aceptación de la nueva realidad, aunque sea dolorosa. No hay dramatismo, sino una honesta y sobria descripción de un estado emocional complicado.

La ausencia de un “villano” en la narrativa es crucial. No se culpa a nadie, ni se idealiza el pasado. La canción no se centra en la causa del “mareo”, sino en sus efectos. Es la experiencia misma del desequilibrio, la incapacidad de encontrar puntos de referencia, la sensación de flotar en un vacío sin rumbo definido.

A diferencia de otras canciones de desamor que buscan consuelo o venganza, “El Mareo” se instala en la incertidumbre. No ofrece respuestas, ni soluciones mágicas. Es una canción que abraza la complejidad del dolor, sin pretender suavizarlo o idealizarlo. Es un retrato crudo y honesto de un proceso de duelo, un viaje introspectivo hacia la aceptación de la pérdida y la consiguiente reconstrucción, un proceso silencioso y solitario, sin la necesidad de explicaciones grandilocuentes. En ese sentido, “El Mareo” es una canción profundamente madura y, por ello mismo, profundamente humana. Es un naufragio sin drama, un adiós sin romanticismo, y por eso, tan certera y conmovedora.