¿Qué descubrió Newton acerca de los colores?

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Newton, en 1665, demostró experimentalmente la composición de la luz blanca. Al refractar la luz solar con un prisma, descompuso la luz en un espectro de colores, revelando que la luz blanca no es un color único, sino una mezcla de todos los colores visibles.

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Más allá del Arcoíris: La Revolución Cromática de Newton

La percepción del color ha evolucionado a lo largo de la historia, pasando de interpretaciones filosóficas y místicas a una comprensión científica precisa. Si bien artistas como Leonardo da Vinci ya habían explorado las propiedades de la luz y el color, fue Isaac Newton quien, en 1665, revolucionó nuestra comprensión de la naturaleza de la luz y el color con un experimento aparentemente simple pero con implicaciones trascendentales. No se limitó a observar el espectro, sino que desentrañó su estructura misma, desafiando las ideas preconcebidas de su época.

El experimento, documentado en su obra Opticks, se centraba en la refracción de la luz solar. Contrario a la creencia popular que consideraba que el prisma añadía color a la luz, Newton demostró que la luz blanca, lejos de ser un color puro e indivisible, era en realidad una mezcla de todos los colores del arcoíris. Utilizando un prisma de cristal, hizo pasar un rayo de luz solar a través de él. En lugar de una simple desviación del rayo, observó la dispersión de la luz en un espectro continuo de colores, desde el rojo hasta el violeta, pasando por el naranja, amarillo, verde, azul y añil. Esta banda de colores, el espectro visible, no era un artefacto del prisma, sino una revelación de la composición intrínseca de la luz blanca.

La genialidad de Newton no reside únicamente en la observación del espectro, sino en su capacidad para diseñar experimentos que corroboraran su hipótesis. Para descartar la posibilidad de que el prisma “coloreara” la luz, Newton utilizó un segundo prisma, situándolo de forma que la luz refractada del primer prisma volviera a converger. Sorprendentemente, al recombinar los colores del espectro con el segundo prisma, obtuvo de nuevo luz blanca. Este ingenioso experimento demostró de forma irrefutable que la luz blanca no era un color primario, sino una composición aditiva de los colores del espectro.

La investigación de Newton sobre la luz y el color fue mucho más allá de la simple demostración de la composición de la luz blanca. Sus experimentos abrieron nuevas vías en el entendimiento de la óptica, sentando las bases para desarrollos posteriores en la espectroscopia, la fotografía y la propia comprensión de la naturaleza de la luz como onda electromagnética. Su trabajo no solo impactó la ciencia, sino también la filosofía y el arte, cambiando para siempre la forma en que percibimos y entendemos el mundo de los colores. El legado de Newton trascendió el prisma y su espectro, dejando una marca indeleble en la historia de la ciencia y la cultura.