¿Qué es la coordinación según varios autores?

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La coordinación motriz implica la armonización espacio-temporal de los movimientos corporales para lograr un objetivo específico. Se busca la precisión, eficiencia, economía y fluidez en la ejecución, integrando las acciones de las diferentes partes del cuerpo.

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La Coordinación Motriz: Una Mirada Multifacética

La coordinación motriz, esa capacidad innata pero perfectible de orquestar nuestros movimientos corporales para alcanzar un fin determinado, ha sido objeto de estudio desde diversas perspectivas. Más allá de la simple ejecución de un gesto, implica una compleja interacción entre el sistema nervioso, los músculos y el entorno. Como una sinfonía donde cada instrumento tiene su papel, la precisión, eficiencia, economía y fluidez del movimiento surgen de la armonización espacio-temporal de las diferentes partes del cuerpo. Pero, ¿cómo la definen los expertos? A continuación, exploraremos la conceptualización de la coordinación motriz según diferentes autores, destacando los matices y puntos en común.

Si bien existe un consenso general sobre la importancia de la integración de los movimientos para lograr un objetivo, la forma en que se describe y analiza la coordinación motriz varía según el enfoque teórico. Algunos autores la abordan desde una perspectiva neurofisiológica, enfatizando la importancia de los procesos nerviosos que controlan la activación muscular y la retroalimentación sensorial. En este sentido, la coordinación se entiende como la capacidad del sistema nervioso central para organizar y sincronizar la actividad muscular, permitiendo la ejecución fluida y precisa de los movimientos.

Otros autores, con una visión más biomecánica, se centran en el análisis de las fuerzas, velocidades y trayectorias involucradas en el movimiento. Desde esta óptica, la coordinación motriz se define en términos de la eficiencia y economía del gesto, buscando la optimización del rendimiento energético y la minimización del esfuerzo.

Desde una perspectiva psicológica, la coordinación motriz se vincula a procesos cognitivos como la atención, la percepción, la anticipación y la memoria. Autores como Schmidt, con su teoría del esquema motor, destacan la importancia de la representación mental del movimiento y la capacidad de adaptarlo a diferentes contextos. La coordinación, en este caso, no se limita a la ejecución física, sino que incluye la planificación, el control y la evaluación del movimiento.

Finalmente, desde el ámbito de la educación física y el deporte, la coordinación motriz se considera una capacidad fundamental para el desarrollo de habilidades motoras específicas. Autores como Meinel y Schnabel, proponen clasificaciones de la coordinación (general y especial, ojo-mano, ojo-pie, etc.) que se utilizan para el diseño de programas de entrenamiento y la evaluación del rendimiento deportivo.

En resumen, la coordinación motriz es un concepto multifacético que se puede abordar desde diferentes ángulos. Si bien la armonización espacio-temporal de los movimientos corporales para lograr un objetivo específico constituye la esencia de la coordinación, la comprensión de los procesos neurofisiológicos, biomecánicos, psicológicos y pedagógicos que la sustentan permite una aproximación más completa y enriquecedora. Esta perspectiva integral es crucial para el diseño de intervenciones que busquen optimizar el desarrollo y la mejora de la coordinación motriz en diferentes contextos, desde la rehabilitación hasta el alto rendimiento deportivo.