¿Quién decide cuántas estrellas tiene un hotel?

El Misterio de las Estrellas: ¿Quién Decide Cuántas Brillantes?

La cantidad de estrellas que luce un hotel no es un capricho, sino un reflejo de su calidad y servicios. Sin embargo, la pregunta de quién determina ese número, a menudo da lugar a confusión. La respuesta, en esencia, es sencilla: el propietario del hotel.

Pero la realidad no es tan simple como parece. El propietario no se limita a pegarle unas estrellas a su establecimiento por gusto. El proceso involucra la cumplimiento de estándares y requisitos legales. Es decir, detrás de cada estrella hay un conjunto de normativas que deben ser satisfechas rigurosamente.

Estos estándares, que varían de un país a otro, se fundamentan en parámetros objetivos. Características como la superficie de las habitaciones, la calidad de la limpieza, la accesibilidad, la seguridad, el equipamiento del hotel (desde el servicio de restaurantes hasta las instalaciones de recreación), el personal cualificado y, por supuesto, la ubicación, influyen decisivamente en la valoración.

Organismos oficiales, a menudo gubernamentales o sectoriales, son los responsables de establecer y evaluar estos criterios. Estas instituciones, a través de auditorías o inspecciones, verifican si el hotel cumple con las exigencias para una determinada categorización. Es decir, no basta con declarar tener cinco estrellas; se requiere una demostración fehaciente de que se cumplen con las normas.

Es crucial destacar que no existen entidades “privadas” que otorguen las estrellas de manera independiente. Si un hotel exhibe una cantidad de estrellas sin cumplir con los requisitos previamente establecidos por los organismos competentes, está incurriendo en una práctica fraudulenta y está sujeto a sanciones legales.

Por tanto, la decisión de cuántas estrellas tendrá un hotel, recae inicialmente en el propietario, quien se compromete a cumplir con las normas. Pero el verdadero aval, la legitimidad de esa calificación, la otorgará la autoridad competente que la valida. La transparencia y la verificación son, por lo tanto, aspectos fundamentales en este proceso.