¿Por qué mis FPS no pasan de 60?

¿Por qué mis FPS no pasan de 60? Desentrañando el misterio del límite invisible

Muchos gamers se enfrentan a la frustrante situación de ver sus FPS (fotogramas por segundo) estancados en 60, incluso con un hardware potente. Este límite invisible puede arruinar la experiencia de juego, especialmente en títulos que demandan alta fluidez visual. Si te encuentras en esta situación, no te desesperes. Existen diversas causas que pueden estar limitando tus FPS, y afortunadamente, la mayoría tienen solución. Acompáñanos a desentrañar este misterio y recuperar la suavidad que mereces en tus juegos.

El sospechoso usual: V-Sync (Sincronización Vertical)

Antes de sumergirnos en configuraciones complejas, el primer culpable a investigar es la Sincronización Vertical, o V-Sync. Esta opción, activada por defecto en muchos juegos y tarjetas gráficas, sincroniza la tasa de refresco del monitor con los FPS del juego, previniendo el “screen tearing” (desgarro de la imagen). Sin embargo, si tu monitor tiene una frecuencia de actualización de 60Hz, V-Sync limitará tus FPS a 60, incluso si tu hardware es capaz de generar muchos más. Desactivar V-Sync en la configuración del juego o del panel de control de tu tarjeta gráfica suele ser la solución más rápida y efectiva.

Más allá del V-Sync: explorando otras posibilidades

Si desactivar V-Sync no resuelve el problema, existen otros factores que podrían estar limitando tus FPS:

• Limitaciones del Hardware: Un procesador o tarjeta gráfica antiguos pueden tener dificultades para generar más de 60 FPS, especialmente en juegos modernos con altos requisitos gráficos. Analiza si tu hardware cumple con las especificaciones recomendadas del juego.

• Controladores desactualizados: Los controladores de la tarjeta gráfica son esenciales para un rendimiento óptimo. Asegúrate de tener la versión más reciente instalada. Visitar la página web del fabricante de tu tarjeta gráfica (NVIDIA, AMD o Intel) es la mejor forma de obtener los controladores adecuados.

• Programas en segundo plano: Aplicaciones que consumen recursos del sistema, como navegadores web con múltiples pestañas abiertas, programas de descarga o software de streaming, pueden afectar el rendimiento del juego y limitar los FPS. Cerrar estos programas antes de iniciar el juego puede liberar recursos y mejorar el rendimiento.

• Configuración de energía: En algunos casos, la configuración de energía del sistema puede estar optimizada para el ahorro de energía, limitando el rendimiento del hardware. Seleccionar el perfil de “Alto rendimiento” en las opciones de energía de Windows puede solucionar este problema.

• Limitaciones dentro del juego: Algunos juegos tienen opciones internas para limitar los FPS, ya sea para ahorrar energía o para mantener un rendimiento estable. Revisa la configuración del juego y asegúrate de que no exista un límite artificial de 60 FPS.

• FPS Cap en plataformas de distribución digital: Plataformas como Steam o Epic Games pueden tener configuraciones que limitan los FPS. Verifica las opciones de la plataforma para asegurarte de que no haya un límite impuesto.

• Problemas de temperatura: Un sobrecalentamiento del procesador o la tarjeta gráfica puede provocar una disminución del rendimiento y limitar los FPS. Monitoriza las temperaturas de tus componentes y asegúrate de que la refrigeración sea adecuada.

Un enfoque metódico para la solución

Si el problema persiste, lo mejor es abordar la situación de forma metódica, probando cada una de las soluciones mencionadas anteriormente, una por una. Esto te ayudará a identificar la causa raíz del problema y aplicar la solución adecuada. Recuperar la fluidez en tus juegos y disfrutar de una experiencia óptima está a tu alcance.