¿Qué diferencia hay entre fps 30 y fps 50?

La Gran Diferencia entre FPS 30 y FPS 50: Más que un simple número

El factor de protección solar (FPS) es un número que indica la capacidad de un protector solar para bloquear la radiación ultravioleta (UV) que daña la piel. Si bien muchos piensan que la diferencia entre un FPS 30 y un FPS 50 es mínima, la realidad es que la protección ofrecida es significativamente diferente, y no se trata simplemente de una cuestión de porcentaje incremental.

A menudo se simplifica la diferencia diciendo que un FPS 50 bloquea “casi el doble” que un FPS 30. Si bien esto es cierto en cuanto a la percepción de la protección, la forma en que se calcula el FPS revela una verdad más contundente. El FPS mide el tiempo que tarda una persona en quemarse con el protector solar aplicado versus el tiempo que tarda en quemarse sin protección. Un FPS 30 significa que tardarás 30 veces más en quemarte que sin protección, mientras que un FPS 50 te permitirá estar 50 veces más tiempo expuesto al sol antes de sufrir quemaduras.

La afirmación de que un FPS 50 bloquea aproximadamente un 1% más de rayos UVB que un FPS 30 es una simplificación excesiva y potencialmente engañosa. La diferencia no reside en la capacidad de bloquear una cantidad específica de UVB, sino en la proporción de rayos UV que deja pasar. Es aquí donde reside la clave: un FPS 30 permite que penetre aproximadamente el 50% de la radiación UV, mientras que un FPS 50 reduce esa penetración a un 20%. Esta diferencia del 30% es sustancial y representa una protección considerablemente mayor.

Por lo tanto, aunque la diferencia numérica entre 30 y 50 pueda parecer pequeña, la realidad es que un FPS 50 ofrece una protección significativamente superior contra los dañinos rayos UV. Optar por un FPS 50 significa reducir considerablemente el riesgo de quemaduras solares, envejecimiento prematuro y, lo que es más importante, el riesgo de desarrollar cáncer de piel.

En resumen, la elección entre un FPS 30 y un FPS 50 no es trivial. Mientras que un FPS 30 ofrece una buena protección, la superior protección de un FPS 50 justifica la pequeña diferencia de precio y esfuerzo. La salud de tu piel merece la inversión en una mayor protección. Recuerda siempre aplicar el protector solar correctamente y reaplicarlo con frecuencia, especialmente después de nadar o sudar.