¿Cómo define la OMS mundial la calidad?

0 ver

La OMS define la calidad de vida como la percepción individual de la propia posición vital. Esta percepción se construye dentro de un marco cultural y de valores personales, considerando metas, expectativas y preocupaciones. Es una evaluación subjetiva del bienestar en relación con el contexto de vida de cada persona.

Comentarios 0 gustos

Más allá de la Percepción: Descifrando la Definición de Calidad de Vida de la OMS

La Organización Mundial de la Salud (OMS) no ofrece una definición rígida y cuantificable de “calidad de vida”. En lugar de una fórmula matemática, nos presenta una perspectiva holística y profundamente humana: la calidad de vida es la percepción individual de la propia posición vital. Esta simple frase encierra una complejidad que merece ser explorada en detalle.

La declaración de la OMS resalta la naturaleza subjetiva de este concepto. No se trata de una medición objetiva, comparable entre individuos o poblaciones de manera directa. Dos personas con idénticas circunstancias materiales pueden experimentar niveles de calidad de vida radicalmente diferentes. La clave reside en la percepción, en cómo cada individuo interpreta su realidad.

Este proceso perceptivo está inextricablemente ligado al contexto cultural y a los valores personales. Lo que constituye una alta calidad de vida en una cultura puede ser irrelevante o incluso negativo en otra. Los valores morales, las creencias religiosas, las prioridades familiares, y las aspiraciones individuales moldean la manera en que evaluamos nuestro bienestar. Una persona que valora profundamente la independencia podría sentir una baja calidad de vida si necesita asistencia constante, mientras que otra, que prioriza la conexión familiar, podría encontrar satisfacción en ese mismo apoyo.

La definición también considera las metas, expectativas y preocupaciones. Nuestras aspiraciones, tanto a corto como a largo plazo, influyen profundamente en nuestra satisfacción. El logro de metas importantes puede impulsar la calidad de vida, mientras que la frustración ante obstáculos insalvables puede mermarla significativamente. De igual manera, las preocupaciones, ya sean económicas, de salud o relacionales, pesan considerablemente en nuestra percepción general del bienestar.

Finalmente, la OMS enfatiza la relación con el contexto de vida. La calidad de vida no es una entidad aislada. Está intrínsecamente conectada a nuestro entorno social, económico y ambiental. El acceso a servicios de salud, educación, vivienda digna, y oportunidades laborales son factores que, aunque no determinan la percepción individual, influyen poderosamente en ella.

En resumen, la definición de la OMS sobre calidad de vida nos invita a trascender las mediciones simplistas y a reconocer la rica complejidad de la experiencia humana. Es una invitación a comprender la subjetividad inherente al bienestar, a valorar la diversidad de perspectivas y a considerar el contexto en el que cada individuo construye su propia percepción de una vida plena y significativa. No se trata de una fórmula, sino de una comprensión profunda de la individualidad y su interacción con el mundo.