¿Cómo saber si son hongos o aftas?

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Las aftas se distinguen por ser úlceras superficiales de forma ovalada, a diferencia de las lesiones fúngicas, que suelen manifestarse como placas o manchas blanquecinas, con textura cremosa y adheridas a la mucosa. Su apariencia superficial es clave para diferenciarlas.

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¿Hongos o aftas? Aprende a distinguir estas molestias bucales.

Las molestias en la boca pueden ser un verdadero fastidio, interfiriendo con actividades tan cotidianas como comer o hablar. Si bien existen diversas causas, dos de las más comunes son las aftas y las infecciones fúngicas, como la candidiasis oral. A pesar de compartir la ubicación, estas afecciones presentan características distintivas que permiten diferenciarlas y, por ende, buscar el tratamiento adecuado. Aprender a reconocerlas es el primer paso para aliviar el malestar y recuperar la salud bucal.

La clave para distinguir entre hongos y aftas reside en observar detenidamente la apariencia de la lesión. Mientras que las aftas se manifiestan como úlceras superficiales, con una forma característicamente ovalada o redonda, las infecciones fúngicas suelen aparecer como placas o manchas blanquecinas, con una textura cremosa y una apariencia similar al requesón o leche cortada. Esta diferencia visual es fundamental para el diagnóstico preliminar.

Imaginemos la superficie de la boca. Un afta se asemejaría a un pequeño cráter, una úlcera bien delimitada, generalmente de color blanco o amarillento, rodeada por un halo rojizo que indica inflamación. Al tocarla, la sensación suele ser de dolor, especialmente al contacto con alimentos ácidos o picantes. En cambio, las lesiones causadas por hongos se presentan como parches o manchas blanquecinas que se adhieren a la mucosa. Si se intenta raspar suavemente con una gasa o un hisopo, es posible que se desprenda una capa superficial, dejando al descubierto una zona enrojecida e incluso sangrante.

Además de la apariencia visual y la textura, existen otros factores que pueden ayudar a diferenciar ambas afecciones. Las aftas suelen aparecer de forma individual o en pequeños grupos, principalmente en la parte interna de los labios, las mejillas, la lengua o el paladar blando. Por otro lado, la candidiasis oral puede extenderse por toda la cavidad bucal, afectando la lengua, las encías, el paladar e incluso la garganta. En algunos casos, la infección fúngica puede venir acompañada de otros síntomas como sabor metálico en la boca, dificultad para tragar o sensación de sequedad.

Si bien estas descripciones ayudan a orientar, es importante recordar que este artículo no sustituye la consulta con un profesional de la salud. Ante la aparición de cualquier lesión bucal, lo más recomendable es acudir al odontólogo o médico para obtener un diagnóstico preciso y recibir el tratamiento adecuado. La automedicación puede enmascarar el problema e incluso empeorar la situación. Un diagnóstico correcto y un tratamiento oportuno son esenciales para una pronta recuperación y para evitar complicaciones.