¿Cómo se absorbe el medicamento en la piel?

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La absorción cutánea de fármacos se produce principalmente por dos vías. La ruta transepidérmica implica la penetración directa a través de las capas de la piel. Alternativamente, la ruta transapendicular utiliza los folículos pilosos y las glándulas sudoríparas como conductos para alcanzar los capilares dérmicos.

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La Absorción Transdérmica: Un Viaje a Través de la Piel

La administración transdérmica de medicamentos, es decir, la aplicación de fármacos sobre la piel para su absorción sistémica, se ha convertido en un método cada vez más popular gracias a su comodidad y a la posibilidad de una liberación controlada del principio activo. Pero, ¿cómo logran estas sustancias atravesar la compleja barrera que representa la piel? La respuesta no es sencilla, y se basa en un complejo proceso que implica dos rutas principales de penetración: la transepidérmica y la transapendicular.

La ruta transepidérmica, la más importante en términos de cantidad de fármaco absorbido, implica la penetración directa del principio activo a través del estrato córneo, la capa más externa y queratinizada de la epidermis. Esta capa actúa como una barrera altamente efectiva, impidiendo la entrada de la mayoría de las sustancias. Para que un fármaco se absorba por esta vía, debe ser capaz de superar las fuerzas intermoleculares que mantienen unidos los corneocitos, las células que componen el estrato córneo. Esto depende en gran medida de las propiedades fisicoquímicas del medicamento, incluyendo su liposolubilidad (capacidad de disolverse en grasas), tamaño molecular y polaridad. Un fármaco liposoluble tendrá mayor facilidad para atravesar la matriz lipídica del estrato córneo que uno hidrosoluble.

La ruta transapendicular, aunque menos significativa en la mayoría de los casos, ofrece una vía alternativa de acceso al torrente sanguíneo. Esta ruta aprovecha los folículos pilosos y las glándulas sudoríparas, estructuras que presentan una menor resistencia a la penetración que el estrato córneo intacto. Si bien el área total ocupada por estos apéndices es relativamente pequeña, su contribución a la absorción total puede ser relevante para ciertos fármacos, especialmente aquellos con un tamaño molecular pequeño y una alta polaridad que dificultan su paso por la ruta transepidérmica. La eficiencia de esta ruta también puede verse afectada por factores como la densidad de folículos pilosos y la actividad de las glándulas sudoríparas, variables que difieren según la zona del cuerpo y la individualidad de cada persona.

En resumen, la absorción de medicamentos a través de la piel es un proceso complejo que depende de la interacción entre las características del fármaco y las propiedades de la piel. Tanto la ruta transepidérmica como la transapendicular contribuyen a la biodisponibilidad del principio activo, aunque la importancia relativa de cada vía varía según el fármaco en cuestión y otros factores individuales. La comprensión de estos mecanismos es crucial para el diseño y la optimización de formulaciones transdérmicas eficaces y seguras.