¿Cómo se llama el olor de los ancianos?

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El olor característico en personas mayores, denominado kareishu por investigadores japoneses en 2001, se origina principalmente por la producción de 2-nonenal. Esta molécula se forma cuando los ácidos grasos presentes en la barrera lipídica de la piel se oxidan de manera natural con el paso del tiempo.

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El aroma de la vejez: Más allá del Kareishu y el 2-Nonenal

A menudo se describe un olor particular asociado a las personas mayores. En 2001, investigadores japoneses acuñaron el término “kareishu” para referirse a este aroma característico. Si bien es cierto que la molécula 2-nonenal, producto de la oxidación de los ácidos grasos de la piel, juega un papel importante en este fenómeno, reducir el olor de la vejez únicamente a esta sustancia simplifica en exceso un proceso complejo influenciado por múltiples factores.

El 2-nonenal, un aldehído insaturado, se produce cuando la barrera lipídica de la piel, compuesta por ácidos grasos omega-7, se oxida con el tiempo. Esta oxidación es un proceso natural que se ve acelerado por factores como la exposición al sol, la contaminación y ciertos hábitos alimenticios. Sin embargo, atribuir el kareishu exclusivamente al 2-nonenal es como atribuir el sabor de un plato complejo a un solo ingrediente.

Más allá del 2-nonenal, existen otros compuestos orgánicos volátiles (COV) que contribuyen al olor corporal en general, y que pueden ser más pronunciados en personas mayores. Estos incluyen:

  • Cambios hormonales: Con la edad, los niveles hormonales fluctúan, lo que puede influir en la composición del sudor y, por consiguiente, en el olor corporal.
  • Medicamentos: Algunos medicamentos pueden tener como efecto secundario la alteración del olor corporal.
  • Enfermedades crónicas: Ciertas enfermedades pueden producir olores específicos.
  • Hábitos de higiene: La dificultad para mantener una higiene adecuada, a veces asociada a la edad, puede contribuir a la intensificación de los olores corporales.
  • Dieta: Una dieta rica en ciertos alimentos, como el ajo o las especias, puede influir en el olor corporal a cualquier edad.

Es importante destacar que el “olor a vejez” no es universal ni inevitable. De hecho, el término “kareishu” en sí mismo puede resultar problemático, al estigmatizar un proceso natural del envejecimiento. En lugar de centrarnos en etiquetar y enmascarar este aroma, es más constructivo comprender su origen multifactorial.

Una buena higiene personal, una dieta equilibrada, el uso de ropa transpirable y la consulta médica regular pueden ayudar a minimizar los olores corporales en todas las etapas de la vida. Además, la investigación en este campo continúa, buscando no solo neutralizar el 2-nonenal, sino también comprender mejor la compleja interacción de factores que contribuyen al aroma corporal en la vejez, para así promover un envejecimiento saludable y digno.