¿Cómo se llama el quimo que entra en el intestino delgado?

El Viaje del Quimo: Del Estómago al Intestino Delgado

La digestión es un proceso fascinante y complejo, una coreografía precisa de órganos y sustancias químicas trabajando en armonía. Tras la masticación y la formación del bolo alimenticio en la boca, el viaje culmina en el estómago, donde este bolo se transforma en una sustancia semilíquida y ácida conocida como quimo. Pero, ¿qué ocurre con este quimo una vez que abandona el estómago? La respuesta a la pregunta “¿Cómo se llama el quimo que entra en el intestino delgado?” es simple: sigue llamándose quimo.

No existe un cambio de nombre al pasar del estómago al intestino delgado. El quimo, esa mezcla parcialmente digerida de alimentos, jugos gástricos y ácidos, continúa su recorrido hacia el duodeno, la primera porción del intestino delgado, a través del esfínter pilórico. Este esfínter muscular actúa como una válvula, regulando el flujo del quimo hacia el duodeno de forma controlada, evitando que el intestino delgado se sobrecargue.

Una vez en el duodeno, el quimo encuentra un entorno completamente diferente al ácido del estómago. Aquí, se mezcla con el jugo pancreático, rico en enzimas digestivas como la amilasa (para los carbohidratos), la lipasa (para las grasas) y las proteasas (para las proteínas), y con la bilis, producida en el hígado y almacenada en la vesícula biliar. La bilis emulsiona las grasas, facilitando su digestión y absorción. Esta mezcla de quimo, jugo pancreático y bilis continúa su proceso de digestión química, descomponiendo los nutrientes en moléculas más pequeñas que puedan ser absorbidas por las paredes del intestino delgado.

Es importante destacar que la denominación “quimo” se refiere a la naturaleza física del contenido digestivo en esta etapa. No hay un cambio de nombre que refleje la adición de los jugos pancreático y biliar. El proceso de digestión continua y la composición del quimo evoluciona a medida que avanza a través del intestino delgado, pero su nombre permanece constante. Por tanto, la respuesta simple y precisa es que el quimo que entra en el intestino delgado se llama, simplemente, quimo.