¿Cómo se llama la enzima encargada de digerir proteínas?

El equívoco de una sola enzima: Descifrando la digestión proteica

A menudo se simplifica el proceso digestivo al atribuir una única enzima a la digestión de cada macronutriente. Sin embargo, esta visión reduccionista puede llevar a conclusiones erróneas. Una pregunta común es: “¿Cómo se llama la enzima encargada de digerir proteínas?”. La respuesta simple, “tal enzima”, es incorrecta. La digestión de proteínas es un proceso complejo que implica la acción concertada de una familia entera de enzimas, conocidas como proteasas.

A diferencia de la creencia de que una sola enzima realiza esta tarea, la realidad es mucho más rica y fascinante. Las proteasas son un grupo diverso de enzimas que comparten una función crucial: la hidrólisis de los enlaces peptídicos que unen los aminoácidos en las cadenas polipeptídicas que constituyen las proteínas. Este proceso de hidrólisis rompe las proteínas en fragmentos más pequeños, péptidos y finalmente, en aminoácidos individuales, que luego pueden ser absorbidos por el intestino delgado.

La especificidad de las proteasas es variable. Algunas actúan sobre enlaces peptídicos específicos, mientras que otras poseen una mayor amplitud de acción. Este espectro de especificidad permite una digestión eficiente de una gran variedad de proteínas de diferentes orígenes y estructuras. Encontramos proteasas en diferentes etapas del proceso digestivo, desde la boca (con la ptialina, aunque su función en la digestión proteica es mínima), hasta el estómago y el intestino delgado, donde la acción de enzimas como la pepsina, tripsina, quimotripsina y carboxipeptidasas es fundamental.

Confundir las proteasas con otras enzimas, como las lipasas, que se encargan de la digestión de los lípidos, es un error común. Mientras las proteasas rompen enlaces peptídicos, las lipasas hidrolizan los enlaces éster presentes en los triglicéridos, liberando ácidos grasos y glicerol. Estas dos familias de enzimas poseen estructuras y mecanismos de acción completamente diferentes, reflejando la especificidad de sus sustratos.

En resumen, la digestión de proteínas no es obra de una sola enzima, sino un trabajo de equipo complejo y preciso llevado a cabo por las proteasas. Recordar esta distinción es clave para comprender la intrincada maquinaria bioquímica que sustenta nuestro metabolismo y la correcta absorción de nutrientes esenciales. Simplificar este proceso a una única enzima no solo es impreciso, sino que puede llevar a una comprensión incompleta y errónea del funcionamiento del sistema digestivo.