¿Cómo se sienten los dientes después de una limpieza dental?

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Tras la limpieza, la sensibilidad dental y gingival es común. Para aliviar esta molestia, cepíllate con un cepillo suave, realizando movimientos circulares gentiles. Mantén una higiene bucal cuidadosa con cepillados dos veces al día y un cepillo nuevo cada trimestre.
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El susurro suave del cepillo y la sensación refrescante del agua: una limpieza dental puede ser una experiencia placentera, pero ¿qué sucede después? ¿Cómo se sienten realmente nuestros dientes tras ese ritual de higiene?

La respuesta es, a menudo, una mezcla de sensaciones que van desde la agradable frescura hasta una leve incomodidad. Y es perfectamente normal. Tras la limpieza dental, es común experimentar una leve sensibilidad dental y, en ocasiones, gingival. Esto se debe a que durante el proceso se elimina la placa y el sarro que, con el tiempo, pueden irritar las encías y el esmalte dental. Esta irritación residual puede causar esa molestia temporal.

No te alarmes. Esta sensibilidad es un proceso pasajero, generalmente de corta duración, y un síntoma de que el profesional dental ha hecho su trabajo, eliminando las causas subyacentes de la incomodidad.

Entonces, ¿cómo podemos aliviar esa posible molestia después de la limpieza? La mejor opción es la paciencia y unos cuidados suaves en el cepillado. Evita los movimientos agresivos. Un cepillo de cerdas suaves es esencial. Cepilla tus dientes con movimientos circulares gentiles, concentrándote en las áreas donde sientes más sensibilidad. No presiones demasiado. Lo importante es eliminar suavemente la placa y el sarro remanente.

Además del cepillado suave, es fundamental mantener una rutina de higiene bucal cuidadosa. Cepillarse dos veces al día, durante al menos dos minutos cada vez, es clave para prevenir la acumulación de placa y, por lo tanto, para reducir la sensibilidad. Recuerda cambiar tu cepillo de dientes cada tres meses, o antes si las cerdas se ven desgastadas. Con un cepillo nuevo, la limpieza es más efectiva y precisa.

En la mayoría de los casos, la sensibilidad después de una limpieza dental desaparece en pocos días. Si la incomodidad persiste o se agrava, es importante contactar con tu dentista. Podría haber otros factores implicados que requieren una evaluación profesional más profunda.

En definitiva, la sensibilidad dental tras una limpieza profesional es un efecto secundario temporal, un indicio de que tu boca está recibiendo los cuidados que necesita. Con una rutina de cepillado suave y una higiene bucal adecuada, esta molestia se minimizará, y podrás disfrutar de una sonrisa sana y brillante durante más tiempo.