¿Cómo sospechar si tengo SIBO?

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Si experimentas pérdida de apetito, dolor abdominal, náuseas, hinchazón o malestar después de comer, diarrea o malnutrición, podrías tener SIBO. Es importante consultar a un médico para un diagnóstico preciso.

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¿Sospechas de SIBO? Escucha a tu intestino.

El Sobrecrecimiento Bacteriano en el Intestino Delgado, más conocido como SIBO, es una condición silenciosa que puede afectar significativamente la calidad de vida. A menudo se confunde con otros problemas digestivos, lo que dificulta su diagnóstico. Si bien un profesional de la salud es el único que puede confirmar la presencia de SIBO, existen ciertas señales que pueden indicar que es momento de investigar más a fondo. ¿Te suena familiar alguno de estos síntomas?

Más allá de las molestias generales, la clave para sospechar de SIBO reside en la combinación y persistencia de los síntomas, especialmente tras las comidas. No se trata de una simple indigestión ocasional, sino de un malestar recurrente que afecta tu bienestar.

Las pistas que te da tu cuerpo:

  • Hinchazón abdominal desproporcionada: No se trata solo de sentirte lleno después de comer, sino de una distensión abdominal notable, incluso después de comidas ligeras. Observa si tu abdomen se hincha visiblemente, generando incomodidad o incluso dolor.
  • Malestar digestivo persistente: La combinación de náuseas, dolor abdominal y sensación de plenitud, especialmente después de ingerir alimentos, puede ser una señal de alerta. Presta atención a la frecuencia e intensidad de estas molestias.
  • Alteraciones en el ritmo intestinal: Tanto la diarrea como el estreñimiento, o incluso la alternancia entre ambos, pueden ser indicadores de un desequilibrio en la flora intestinal, característico del SIBO.
  • Malnutrición inexplicable: A pesar de llevar una dieta aparentemente equilibrada, puedes experimentar síntomas de deficiencias nutricionales, como fatiga crónica, debilidad muscular, pérdida de cabello o uñas quebradizas. Esto se debe a que el sobrecrecimiento bacteriano interfiere con la absorción de nutrientes en el intestino delgado.
  • Intolerancias alimentarias repentinas: Desarrollar intolerancias a alimentos que antes tolerabas sin problemas, especialmente a los carbohidratos, puede ser una señal de que las bacterias en tu intestino delgado están fermentando estos alimentos de forma excesiva, produciendo gases e inflamación.
  • Síntomas extraintestinales: Aunque menos comunes, algunos pacientes con SIBO pueden experimentar síntomas fuera del tracto digestivo, como niebla mental, fatiga crónica, dolor articular o erupciones cutáneas. Esto se debe a la inflamación sistémica que puede provocar el SIBO.

Si experimentas varios de estos síntomas de forma recurrente, no los ignores. Es fundamental consultar con un gastroenterólogo para obtener un diagnóstico preciso. El SIBO, si no se trata, puede llevar a complicaciones a largo plazo. Un simple test de aliento o un análisis de aspirado yeyunal pueden confirmar o descartar la presencia de SIBO y permitirte iniciar el tratamiento adecuado para recuperar tu salud digestiva. Recuerda, la automedicación no es recomendable, y la clave para un buen manejo del SIBO reside en un diagnóstico y tratamiento profesional.