¿Cuál es la técnica de 3 meses?

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La regla de los tres meses postula que el inicio de una relación idealiza a la otra persona. Durante este tiempo, ambos muestran su mejor versión, ocultando o minimizando defectos. Si bien las emociones son genuinas, la percepción inicial puede ser distorsionada por esta proyección idealizada. Es importante ser consciente de esta dinámica para construir una relación más realista a futuro.

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La Máscara de los Tres Meses: Desmitificando el Comienzo de una Relación

En el laberinto complejo de las relaciones humanas, existe un fenómeno conocido como la “técnica de los tres meses” (a veces referida como la “regla de los tres meses”) que influye significativamente en cómo percibimos y nos relacionamos con una nueva pareja. Esta etapa inicial, cargada de emoción y expectativas, se caracteriza por una dinámica particular que merece ser explorada y comprendida para construir relaciones más sólidas y auténticas.

La esencia de la regla de los tres meses radica en la idealización. Durante este período, ambos individuos tienden a mostrar su mejor cara, presentando una versión pulida y optimizada de sí mismos. Es como si cada uno llevara una máscara brillante, adornada con virtudes y despojada de imperfecciones. Se hacen esfuerzos conscientes e inconscientes por impresionar, por crear una imagen favorable y por evitar conflictos que puedan perturbar la incipiente armonía.

Esta dinámica no implica necesariamente una intención maliciosa o un engaño deliberado. Más bien, responde a una necesidad natural de conectar, de agradar y de establecer un vínculo positivo. Queremos que la otra persona vea lo mejor de nosotros, y viceversa. Sin embargo, es crucial reconocer que esta percepción inicial está teñida de idealización, lo que puede llevar a expectativas poco realistas y a una decepción posterior.

¿Qué sucede durante estos tres meses? Se despliega un despliegue de atenciones, cumplidos, regalos simbólicos y planes emocionantes. Se comparten historias personales cuidadosamente seleccionadas, evitando temas delicados o controvertidos. La comunicación suele ser fluida y constante, alimentando la sensación de conexión profunda e instantánea. Ambos se muestran comprensivos, tolerantes y dispuestos a ceder en pequeñas diferencias.

El problema surge cuando esta máscara comienza a desvanecerse. Alrededor del tercer mes (o poco después), la realidad inevitablemente emerge. Las pequeñas manías, los hábitos molestos, las inseguridades ocultas y las diferencias de opinión se vuelven más evidentes. La idealización inicial comienza a ceder paso a una visión más realista y completa de la otra persona.

Es en este punto crucial donde se define el futuro de la relación. Si la base construida durante los tres primeros meses se basó únicamente en la idealización y la proyección de fantasías, la relación corre el riesgo de desmoronarse. Sin embargo, si ambos individuos son conscientes de esta dinámica y están dispuestos a aceptarse mutuamente con sus virtudes y defectos, la relación puede florecer y evolucionar hacia un terreno más auténtico y duradero.

La clave para navegar con éxito la regla de los tres meses reside en la autoconciencia y la comunicación honesta. Es fundamental recordar que nadie es perfecto y que la idealización es una trampa que puede distorsionar la percepción. En lugar de dejarse llevar por la fantasía, es importante observar a la otra persona de manera objetiva, prestar atención a sus acciones y palabras, y cuestionar las propias expectativas.

Además, es esencial comunicar abierta y honestamente los propios sentimientos, necesidades y límites. No tener miedo de mostrarse vulnerable, de expresar desacuerdos y de abordar temas difíciles. Una comunicación honesta y respetuosa desde el principio ayuda a construir una base sólida de confianza y comprensión mutua.

En resumen, la técnica de los tres meses es una etapa natural en el comienzo de una relación, caracterizada por la idealización y la presentación de la mejor versión de uno mismo. Si bien las emociones experimentadas durante este tiempo son genuinas, es fundamental ser consciente de esta dinámica y trabajar activamente para construir una relación más realista y duradera. La clave está en la autoconciencia, la comunicación honesta y la aceptación mutua. Solo así se puede trascender la máscara de los tres meses y construir un vínculo auténtico que pueda resistir el paso del tiempo.