¿Cuándo hay que tomar los electrolitos?

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La ingesta de electrolitos orales se recomienda en episodios de deshidratación severa, como diarreas intensas, vómitos repetidos o sudoración profusa. Su uso, sin embargo, requiere prescripción médica, adaptando dosis y concentración a la condición individual del paciente.

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¿Cuándo Necesitas un Extra de Electrolitos? Más Allá de la Bebida Deportiva

A menudo asociamos los electrolitos con atletas y bebidas deportivas de colores vibrantes. Si bien es cierto que estos productos pueden ser útiles en ciertas situaciones, la realidad es que la necesidad de suplementar con electrolitos va más allá del gimnasio y se relaciona directamente con la hidratación y el equilibrio de minerales esenciales en nuestro cuerpo. ¿Pero cuándo es realmente necesario recurrir a un suplemento de electrolitos?

La respuesta corta es: cuando existe un déficit significativo, generalmente asociado a la pérdida de fluidos corporales. Pensar en los electrolitos como simples sales minerales es simplificar demasiado su importancia. Sodio, potasio, calcio, magnesio, cloruro y fosfato son cruciales para una variedad de funciones corporales, desde la contracción muscular y la transmisión nerviosa hasta la regulación del pH sanguíneo y la hidratación celular.

Si bien una dieta equilibrada suele aportar los electrolitos necesarios, existen circunstancias específicas que pueden provocar una pérdida importante, haciendo necesaria su reposición. Hablamos de situaciones como:

  • Deshidratación severa: Episodios de diarrea intensa, vómitos repetidos o sudoración profusa (por ejemplo, durante una actividad física prolongada en condiciones de calor extremo) pueden provocar una pérdida significativa de fluidos y electrolitos. En estos casos, la rehidratación con agua simple puede no ser suficiente, ya que no repone los minerales perdidos.
  • Enfermedades: Ciertas enfermedades, como la gastroenteritis, pueden interferir con la absorción de nutrientes, incluyendo los electrolitos. De igual manera, algunas patologías renales pueden afectar la regulación de electrolitos en el organismo.
  • Medicamentos: Algunos medicamentos, como los diuréticos, pueden aumentar la excreción de electrolitos a través de la orina.

Es fundamental entender que la suplementación con electrolitos no debe tomarse a la ligera. Si bien existen productos de venta libre, su uso indiscriminado puede ser contraproducente. Un exceso de ciertos electrolitos, como el sodio, puede ser perjudicial para la salud.

Por lo tanto, ante la sospecha de una pérdida significativa de electrolitos, la consulta médica es esencial. El profesional de la salud evaluará la situación individual del paciente, determinando la necesidad de suplementación, la dosis adecuada y la concentración de electrolitos requerida. En casos de deshidratación severa, la administración de electrolitos puede incluso requerir vía intravenosa.

No se trata de automedicarse ni de convertir las bebidas deportivas en una bebida habitual. La clave reside en una alimentación equilibrada, una correcta hidratación y la consulta con un profesional ante cualquier duda o síntoma que sugiera un desequilibrio electrolítico.