¿Cuándo sube el pH de la piscina?

El Sol y el pH de tu Piscina: Una Relación Inesperada

Mantener el pH de la piscina en el rango ideal (entre 7.2 y 7.8) es crucial para garantizar la higiene, la eficacia del cloro y la comodidad de los bañistas. Sin embargo, a menudo nos encontramos con fluctuaciones inesperadas en este valor, y una de las causas más comunes, y a menudo menos comprendidas, es la influencia del sol. Contrario a lo que algunos podrían pensar, el sol no solo calienta el agua, sino que también juega un papel importante en la elevación del pH.

La clave reside en la evaporación. El sol, con su intenso calor, acelera significativamente la evaporación del agua de la piscina. Parece un proceso sencillo, pero tiene consecuencias químicas significativas. Al evaporarse el agua, la concentración de los productos químicos que permanecen en la piscina, como el cloro, los alguicidas y otros compuestos, aumenta proporcionalmente. Este incremento en la concentración de sustancias químicas, especialmente de aquellas con propiedades alcalinas, desestabiliza el equilibrio del agua y, como consecuencia, provoca un aumento del pH. Es como si estuviéramos concentrando un zumo: al evaporar parte del agua, el zumo se vuelve más espeso y más concentrado, cambiando su sabor y consistencia. Lo mismo ocurre en la piscina.

Además de la concentración de químicos, la reducción del volumen de agua por evaporación también contribuye directamente al ascenso del pH. Menos agua significa una mayor concentración de iones, afectando el equilibrio ácido-base y empujando el pH hacia valores más altos.

Por lo tanto, no es solo el calor directo del sol, sino el proceso de evaporación que este desencadena, el verdadero responsable del aumento del pH en la piscina. Este fenómeno es más pronunciado en climas cálidos y soleados, donde la evaporación es considerable.

Para contrarrestar este efecto, es fundamental monitorear regularmente el pH de la piscina, especialmente durante los meses de verano. Una medición regular y los ajustes necesarios, utilizando productos químicos reductores de pH según sea necesario, nos permitirán mantener el agua de la piscina limpia, saludable y lista para disfrutar. Recuerda que la prevención es la mejor estrategia, y una correcta monitorización nos evitará problemas mayores a largo plazo. Con un mantenimiento adecuado, la influencia del sol sobre el pH de nuestra piscina puede controlarse eficazmente.