¿Cuántas ppm tiene que tener el agua de ósmosis?

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Idealmente, el agua tratada por ósmosis inversa debería tener menos de 50 ppm de sólidos disueltos totales, logrando así una pureza superior y un sabor más neutro. Aunque la OMS considera aceptable hasta 300 ppm para un buen sabor, la ósmosis busca reducir significativamente esta cifra.

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El Agua de Ósmosis Inversa: Más allá de la Pureza

La ósmosis inversa es un proceso de filtración que se utiliza para obtener agua pura, eliminando impurezas y sales disueltas. Un aspecto crucial de este proceso es la cantidad de sólidos disueltos totales (SDT) presentes en el agua tratada, expresada en partes por millón (ppm). ¿Cuántas ppm tiene que tener el agua de ósmosis? La respuesta, como veremos, no es simple y depende de la aplicación.

Idealmente, el agua tratada por ósmosis inversa debería tener menos de 50 ppm de sólidos disueltos totales. Esta cifra se considera el estándar para aplicaciones que requieren una pureza superior, como la preparación de soluciones para laboratorios científicos, la producción de bebidas y alimentos ultra-puros o incluso para la alimentación de sistemas electrónicos sensibles. Al reducir los SDT por debajo de este umbral, se logra una pureza superior, con un sabor más neutro y una ausencia de minerales que pueden afectar las reacciones químicas o el sabor final de un producto.

Sin embargo, es importante matizar que 50 ppm no es un límite universalmente aplicado. Aunque la meta es reducir los SDT al mínimo, la OMS (Organización Mundial de la Salud) considera aceptable un nivel de hasta 300 ppm para consumo humano con un buen sabor. En estas circunstancias, las propiedades organolépticas del agua (sabor, olor y aspecto) no se ven significativamente afectadas. De hecho, muchas personas encuentran que el agua con niveles de SDT más bajos de lo necesario presenta un sabor “plano” o “desagradable”.

La diferencia entre 50 ppm y 300 ppm radica en la aplicación. Para propósitos medicinales, alimentarios, o en entornos donde se requiere una precisión extrema, la pureza de 50 ppm o menos es fundamental. Pero para el consumo humano cotidiano, donde el sabor es una prioridad, los niveles de 300 ppm o incluso superiores pueden ser perfectamente adecuados.

Es crucial entender que la calidad del agua de ósmosis inversa depende en gran medida de la calidad del agua de entrada y del funcionamiento correcto del sistema. La eficiencia del sistema de ósmosis inversa y la composición de minerales del agua de origen pueden influir en el nivel final de ppm alcanzado. Un buen sistema de filtración y mantenimiento regular son esenciales para obtener el agua de ósmosis inversa con las características deseadas.

En resumen, mientras que 50 ppm representa la meta ideal para pureza extrema, 300 ppm es aceptable para el consumo humano general. La decisión sobre el nivel de ppm ideal depende directamente de la aplicación específica, priorizando la pureza y la necesidad de un producto libre de minerales, o bien la preferencia por un sabor más mineralizado.