¿Cuánto dura la falsa preñez?

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La duración de la pseudogestación canina es variable, oscilando entre tres y doce semanas tras el celo. Su persistencia depende de factores individuales y puede extenderse por un periodo considerable más allá de este rango inicial.
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Duración de la Pseudogestación Canina

La pseudogestación, también conocida como embarazo psicológico, es una afección común en perras que no están preñadas. Se desarrolla tras el celo y se caracteriza por una serie de cambios fisiológicos y de comportamiento que imitan el embarazo real.

Duración Variable

La duración de la pseudogestación canina es variable, oscilando entre tres y doce semanas tras el celo. Sin embargo, puede persistir durante un periodo más prolongado en algunos individuos.

Factores que Afectan la Persistencia

La persistencia de la pseudogestación depende de varios factores, entre ellos:

  • Niveles hormonales: La pseudogestación está causada por un aumento en los niveles de progesterona, que se producen normalmente durante el embarazo. Los niveles persistentes de progesterona pueden prolongar la pseudogestación.
  • Factores ambientales: El estrés, los cambios en el entorno o la presencia de cachorros pueden estimular la producción de progesterona y prolongar la pseudogestación.
  • Factores individuales: Algunas perras son más propensas a la pseudogestación y pueden experimentarla con mayor frecuencia o durante periodos más prolongados.

Atención Veterinaria

Aunque la pseudogestación suele resolverse por sí sola, es importante llevar a la perra al veterinario si:

  • Los síntomas persisten más allá de 12 semanas.
  • Los síntomas son graves.
  • La perra muestra signos de infección.

El veterinario puede realizar pruebas para descartar otras afecciones, como infecciones uterinas o quistes ováricos, y proporcionar tratamiento si es necesario.

Conclusión

La pseudogestación canina es una afección temporal que puede persistir durante varias semanas tras el celo. La duración varía según el individuo y puede depender de factores como los niveles hormonales, los factores ambientales y la predisposición genética. Es esencial llevar a la perra al veterinario si los síntomas persisten o son graves.