¿Cuánto dura una descarga eléctrica en el cuerpo?

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La duración de una descarga eléctrica en el cuerpo depende de la intensidad de la corriente. Entre 1 y 3 mA se siente dolor. En niños, entre 3 y 5 mA, se pierde el control muscular. En adultos, esta pérdida ocurre entre 6 y 10 mA. Un desvanecimiento es posible con una corriente entre 10 y 20 mA.

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La Breve y Peligrosa Vida de una Descarga Eléctrica en el Cuerpo Humano

La electricidad, fuerza invisible que impulsa nuestro mundo moderno, también puede ser una amenaza silenciosa y letal. Una descarga eléctrica, aunque parezca un instante fugaz, deja una marca indeleble en el cuerpo, su duración y efectos dependiendo críticamente de la intensidad de la corriente que fluye a través de él. No se trata simplemente de un “toque” y ya; la experiencia es compleja y sus consecuencias, potencialmente devastadoras.

Contrariamente a la imagen cinematográfica de una descarga prolongada y espectacular, la realidad es mucho más sutil. La duración percibida de una descarga eléctrica es subjetiva, variando considerablemente dependiendo de la intensidad del estímulo y la ruta que toma la corriente a través del cuerpo. Mientras que una descarga de baja intensidad puede sentirse como un breve pinchazo, una descarga de mayor potencia puede parecer interminable, aunque en realidad su duración sea de apenas unos milisegundos.

La literatura científica utiliza la intensidad de la corriente, medida en miliamperios (mA), como parámetro principal para determinar los efectos. No es la tensión (voltios) lo que directamente determina el daño, sino la corriente que circula por el cuerpo. Una tensión alta puede producir una corriente alta, pero factores como la resistencia del cuerpo influyen considerablemente. Por ejemplo, la piel húmeda ofrece menor resistencia que la piel seca, permitiendo que una misma tensión genere una corriente mayor y, por lo tanto, un efecto más dañino.

Los efectos se escalan de forma no lineal con la intensidad:

  • 1-3 mA: En este rango, la mayoría de las personas experimentan un ligero hormigueo o dolor, una sensación desagradable pero generalmente no peligrosa. La sensación es similar a una pequeña picadura.

  • 3-5 mA (niños) / 6-10 mA (adultos): Aquí se empieza a perder el control muscular. Es decir, la persona puede ser incapaz de soltar el objeto que le está produciendo la descarga. Esta pérdida de control es extremadamente peligrosa, ya que puede prolongar la exposición a la corriente y aumentar el daño. En niños, la menor masa muscular y la menor resistencia de su piel hacen que sean más vulnerables a este efecto a intensidades más bajas.

  • 10-20 mA: En esta franja de intensidad, la pérdida de control muscular es completa, y se puede experimentar un desvanecimiento, acompañado de fuertes espasmos musculares. La respiración se puede ver afectada, aumentando el riesgo de asfixia.

  • Más de 20 mA: Con intensidades superiores a 20 mA, el riesgo de fibrilación ventricular (un ritmo cardíaco anormal y letal) se incrementa exponencialmente. Este es el rango donde se pueden producir daños irreparables en órganos vitales, incluyendo quemaduras graves y la muerte.

Es importante destacar que estos rangos son aproximaciones. La duración real de la descarga, la ruta que toma la corriente por el cuerpo (si atraviesa el corazón, por ejemplo, es mucho más peligroso) y el estado de salud de la persona también influyen en la gravedad de las consecuencias. En conclusión, aunque la descarga eléctrica en sí misma pueda durar fracciones de segundo, sus efectos pueden ser duraderos y devastadores. La prevención, a través de la correcta manipulación de equipos eléctricos y la instalación de sistemas de seguridad adecuados, es crucial para evitar estas situaciones potencialmente mortales.