¿Dónde se almacena el 70% de agua en el organismo?

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La mayor parte del agua corporal se encuentra distribuida entre diversos órganos vitales. Si bien la piel posee un alto porcentaje (70-75%), órganos como el corazón, hígado y riñones también concentran una significativa cantidad de agua (70-80%). Los pulmones, por su parte, alcanzan aproximadamente un 85%.
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Distribución del Agua Corporal: Más allá de la Piel

El agua es un componente esencial para el funcionamiento óptimo del cuerpo humano. Si bien es bien sabido que el 70% del agua se encuentra dentro de las células, su distribución a través de diferentes órganos y tejidos es menos conocida.

Distribución Intrarregional

El agua corporal se divide en dos compartimentos principales: intracelular y extracelular. El compartimiento intracelular contiene alrededor del 60% del agua corporal total, mientras que el extracelular contiene el 40% restante.

Distribución Intracelular

El agua intracelular se almacena dentro de las células, principalmente en el citoplasma. Los órganos con un alto contenido de agua intracelular incluyen:

  • Músculos: 75-80%
  • Cerebro: 70-80%
  • Hígado: 70-80%

Distribución Extracelular

El agua extracelular se encuentra fuera de las células y se subdivide en dos compartimentos:

  • Espacio intersticial: El espacio entre las células, que contiene aproximadamente el 20% del agua corporal total.
  • Espacio intravascular: Dentro de los vasos sanguíneos, que contiene alrededor del 5-7% del agua corporal total.

Contenido de Agua de Órganos Específicos

Ciertos órganos concentran cantidades significativas de agua:

  • Piel: 70-75%
  • Corazón: 70-80%
  • Hígado: 70-80%
  • Riñones: 70-80%
  • Pulmones: 85%

Importancia de la Distribución del Agua

La distribución equilibrada del agua es crucial para varias funciones corporales, como:

  • Mantener la presión osmótica
  • Regular la temperatura corporal
  • Transportar nutrientes y eliminar productos de desecho
  • Proteger los órganos internos

Las desviaciones en la distribución del agua pueden conducir a deshidratación, edema u otros desequilibrios electrolíticos. Por lo tanto, es esencial mantener una ingesta adecuada de líquidos para garantizar la distribución óptima del agua por todo el cuerpo.