¿Dónde se almacenan los líquidos en el cuerpo humano?

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Los líquidos corporales se distribuyen entre dos compartimentos principales: el intracelular, dentro de las células, y el extracelular, fuera de ellas, incluyendo la sangre y el espacio intersticial.
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Distribución de los Líquidos Corporales: Un Equilibrio Fundamental

Los líquidos corporales constituyen alrededor del 60% del peso corporal y desempeñan un papel vital en numerosas funciones fisiológicas. Estos líquidos se almacenan y distribuyen dentro de dos compartimentos principales: el intracelular y el extracelular.

Compartimento Intracelular

El compartimento intracelular contiene aproximadamente el 60% de los líquidos corporales totales y se encuentra dentro de las células del cuerpo. El líquido intracelular (LIC) está rodeado por la membrana celular, que controla el movimiento de sustancias hacia y desde la célula. Este compartimento contiene electrolitos esenciales como potasio, magnesio y fosfato, así como proteínas, carbohidratos y otras moléculas orgánicas.

Compartimento Extracelular

El compartimento extracelular contiene el 40% restante de los líquidos corporales e incluye dos subcompartimentos:

  • Sangre: La sangre es un líquido circulante que transporta oxígeno, nutrientes y otras sustancias por todo el cuerpo.
  • Espacio intersticial: El espacio intersticial es el líquido que rodea las células y llena los espacios entre ellas. Contiene electrolitos como sodio, calcio y cloro, así como glucosa y aminoácidos.

El líquido extracelular es esencial para mantener el equilibrio homeostático y la función de los tejidos. Regula la temperatura corporal, el pH y las concentraciones de electrolitos.

Equilibrio de Líquidos

Los compartimentos de líquidos corporales están en constante equilibrio entre sí. El movimiento de agua y electrolitos entre estos compartimentos está influenciado por varios factores, como los mecanismos de transporte celular, la presión osmótica y las hormonas.

Este equilibrio es crucial para la función corporal normal. Las alteraciones en la distribución de líquidos, como la deshidratación o la hiperhidratación, pueden tener graves consecuencias para la salud. Por lo tanto, el cuerpo tiene mecanismos sofisticados para mantener este equilibrio incluso en condiciones cambiantes.