¿Qué es la plasticidad cerebral OMS?

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La plasticidad cerebral es la capacidad del cerebro para modificarse y adaptarse a las experiencias y estímulos externos, cambiando su estructura y función a lo largo de la vida.

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Plasticidad Cerebral según la OMS

La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la plasticidad cerebral como la capacidad del cerebro para experimentar cambios estructurales y funcionales en respuesta a las experiencias y estímulos externos. Se considera un proceso continuo que dura toda la vida, abarcando desde la infancia hasta la edad adulta.

Esta notable capacidad permite que el cerebro se adapte y modifique a lo largo del tiempo, respondiendo a los cambios en el entorno y a las nuevas experiencias. Implica la creación de nuevas conexiones neuronales, el fortalecimiento o debilitamiento de las existentes y la alteración de la estructura y función de las diferentes áreas cerebrales.

La plasticidad cerebral juega un papel crucial en varios aspectos cognitivos y conductuales, entre ellos:

  • Aprendizaje y memoria: Facilita la formación y recuperación de nuevos recuerdos, así como el desarrollo de nuevas habilidades.
  • Adaptación: Permite que el cerebro responda a cambios en el entorno y se adapte a nuevas situaciones.
  • Recuperación de lesiones: Después de una lesión o daño cerebral, la plasticidad cerebral permite que el cerebro se reorganice y recupere la función, aunque sea parcialmente.
  • Envejecimiento saludable: La plasticidad cerebral se ha relacionado con la capacidad del cerebro para mantener la salud cognitiva y prevenir el deterioro relacionado con la edad.

Los factores que influyen en la plasticidad cerebral incluyen experiencias sensoriales, cognitivas y sociales, así como factores genéticos y neuroquímicos. La exposición temprana a entornos enriquecidos y actividades cognitivas desafiantes puede promover una mayor plasticidad cerebral.

En resumen, la plasticidad cerebral, según la definición de la OMS, es la capacidad del cerebro para adaptarse y modificarse a lo largo de la vida, permitiendo el aprendizaje, la memoria, la adaptación y la recuperación de lesiones. Esta notable capacidad subraya la naturaleza dinámica y adaptable del cerebro humano, brindando oportunidades continuas para el crecimiento y el desarrollo cognitivo.