¿Qué es lo que detiene el sangrado?

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La presión directa sobre la herida detiene el flujo sanguíneo, evitando la hemorragia. Esta técnica interrumpe el suministro de sangre al área afectada.
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Cómo detener el sangrado: la importancia de la presión directa

En caso de una lesión, controlar el sangrado es crucial para prevenir complicaciones graves de salud. Una técnica fundamental para detener el sangrado es la aplicación de presión directa sobre la herida.

Cómo funciona la presión directa

Cuando se aplica presión directa sobre una herida, se interrumpe el flujo sanguíneo al área afectada. Esto se debe a que la presión comprime los vasos sanguíneos, reduciendo o bloqueando el flujo de sangre.

La presión directa:

  • Colapsa los vasos sanguíneos rotos, reduciendo la pérdida de sangre.
  • Promueve la formación de coágulos de sangre, que sellan la herida y detienen el sangrado.
  • Limita el daño a los tejidos circundantes, previniendo complicaciones adicionales.

Pasos para aplicar presión directa

  1. Usa un paño limpio o vendaje: Coloca un paño limpio o un vendaje sobre la herida para absorber la sangre y protegerla de la infección.
  2. Aplica presión firme: Usa tu mano o un vendaje elástico para aplicar presión directa sobre la herida. Mantén la presión constante y firme.
  3. Eleva la herida: Si es posible, eleva la extremidad lesionada por encima del nivel del corazón. Esto ayuda a reducir la presión sobre los vasos sanguíneos y disminuye el flujo de sangre hacia la herida.
  4. Busca atención médica: Una vez que el sangrado se haya detenido, busca atención médica inmediata. Es esencial que un profesional médico limpie y cierre la herida adecuadamente para prevenir infecciones y garantizar una curación adecuada.

Puntos importantes a recordar

  • Aplica presión directa tan pronto como sea posible después de una lesión.
  • Usa un paño o vendaje limpio para evitar infecciones.
  • Aplica una presión firme pero no excesiva.
  • Eleva la herida si es posible.
  • Busca atención médica después de detener el sangrado.

La aplicación de presión directa es una técnica simple pero altamente efectiva para controlar el sangrado de las heridas. Al interrumpir el flujo sanguíneo y promover la formación de coágulos, esta técnica minimiza la pérdida de sangre y ayuda a iniciar el proceso de curación.