¿Qué pasa si mi flujo es marrón y pegajoso?
¿Qué Implica un Flujo Marrón y Pegajoso?
Un flujo marrón y pegajoso es un flujo vaginal común que puede variar en intensidad y duración. Puede ocurrir en diferentes momentos del ciclo menstrual o como síntoma de afecciones subyacentes.
Causas Comunes:
1. Restos Sanguíneos:
- Después de la menstruación, es normal expulsar restos de sangre vieja que se acumulan en el útero. Este flujo puede ser marrón o marrón rojizo y pegajoso.
2. Inicio o Finalización de la Menstruación:
- Al comienzo o al final del período menstrual, el flujo puede ser marrón y pegajoso debido a la mezcla de sangre fresca y antigua.
3. Ovulación:
- Durante la ovulación, algunos cambios hormonales pueden provocar un aumento del flujo cervical que puede volverse marrón y pegajoso.
4. Embarazo:
- Durante el embarazo temprano, los niveles elevados de progesterona pueden provocar un flujo marrón claro y espeso.
Causas Preocupantes:
Si bien un flujo marrón y pegajoso suele ser inofensivo, puede indicar problemas subyacentes en algunos casos:
1. Infecciones:
- Las infecciones vaginales o uterinas, como la vaginosis bacteriana y la endometritis, pueden provocar un flujo marrón y maloliente.
2. Pólipos:
- Los pólipos uterinos, crecimientos benignos en el revestimiento uterino, pueden provocar sangrado intermenstrual marrón.
3. Fibromas:
- Los fibromas uterinos, tumores no cancerosos en el útero, pueden provocar sangrado irregular y secreción marrón.
4. Cáncer:
- En casos raros, un flujo marrón y pegajoso persistente puede ser un síntoma de cáncer de cuello uterino o uterino.
Cuándo Consultar a un Médico:
En general, un flujo marrón y pegajoso que persiste durante varios días o causa molestias, como picazón, ardor o dolor, debe evaluarse por un profesional de la salud. También es importante consultar a un médico si el flujo tiene un olor desagradable o si se acompaña de otros síntomas, como fiebre o dolor abdominal.
Diagnóstico y Tratamiento:
El diagnóstico de la causa subyacente de un flujo marrón y pegajoso generalmente implica un examen pélvico, una prueba de Papanicolaou y, potencialmente, otras pruebas como un ultrasonido o una biopsia. El tratamiento dependerá de la causa subyacente y puede incluir medicamentos, cirugía o cambios en el estilo de vida.
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