¿Qué pasa si un lunar me empieza a crecer?

¿Mi lunar está creciendo? Lo que debes saber sobre los cambios en tu piel

Los lunares son compañeros comunes en nuestra piel, algunos presentes desde la infancia y otros que aparecen con el tiempo. Generalmente, son inofensivos y forman parte de nuestra apariencia única. Sin embargo, ¿qué sucede cuando un lunar decide cambiar? ¿Deberíamos preocuparnos si empieza a crecer?

Si bien la mayoría de las veces un cambio sutil no representa un problema, es crucial estar atentos a cualquier transformación significativa en nuestros lunares.

¿Cuándo la alarma debería sonar?

La regla “ABCDE” puede ayudarte a identificar señales de alerta:

• Asimetría: Un lunar benigno es generalmente simétrico. Si trazas una línea imaginaria por el medio, ambas mitades deberían ser iguales.
• Bordes irregulares: Los bordes de un lunar normal son definidos y suaves. Los bordes borrosos, dentados o irregulares pueden ser una señal de alerta.
• Color: Un lunar sano suele tener un solo tono de color. Presta atención a lunares que presenten varios colores o tonalidades que cambian con el tiempo.
• Diámetro: La mayoría de los lunares benignos son menores a 6 mm de diámetro, aproximadamente el tamaño de la goma de un lápiz. Un lunar que crece rápidamente requiere atención médica.
• Evolución: Es fundamental prestar atención a cualquier cambio en un lunar, incluyendo crecimiento, sangrado, picazón, costras o dolor.

Si un lunar presenta alguna de estas características, o simplemente te genera dudas, es fundamental consultar a un dermatólogo. Un profesional puede evaluar la situación y determinar si se necesitan exámenes adicionales, como una biopsia de piel.

Recuerda que la detección temprana es clave en la lucha contra el cáncer de piel. Un lunar benigno mantiene sus características constantes a lo largo del tiempo. Observar tu piel y consultar a un especialista ante cualquier cambio sospechoso puede marcar la diferencia.