¿Qué pasa si uso agua oxigenada como enjuague bucal?

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El empleo frecuente de agua oxigenada como enjuague bucal daña la delicada flora bucal, eliminando bacterias beneficiosas y permitiendo el crecimiento de otras perjudiciales. Su efecto oxidante irrita y quema los tejidos bucales, causando inflamación y posibles complicaciones.

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El agua oxigenada: ¿Un aliado o un enemigo en la higiene bucal? El mito del enjuague milagroso.

La higiene bucal es fundamental para la salud general, y la búsqueda de métodos efectivos para mantener una boca sana es constante. Sin embargo, la proliferación de remedios caseros, a veces sin base científica sólida, puede ser contraproducente. Un ejemplo de ello es el uso del agua oxigenada como enjuague bucal, una práctica que, aunque popular, puede acarrear más problemas de los que resuelve. Contrario a la creencia de muchos, el agua oxigenada no es una solución mágica para la limpieza bucal. De hecho, su uso frecuente puede ser francamente perjudicial.

El atractivo del agua oxigenada como enjuague reside en su poder desinfectante, derivado de su acción oxidante. Esta propiedad, aunque efectiva para limpiar heridas superficiales, resulta demasiado agresiva para la delicada mucosa bucal. Nuestra boca alberga una compleja microbiota, un ecosistema de bacterias, tanto beneficiosas como perjudiciales, que se mantiene en un equilibrio dinámico. El empleo del agua oxigenada como enjuague bucal altera drásticamente este equilibrio.

Su efecto oxidante, si bien elimina algunas bacterias, no discrimina entre las beneficiosas y las patógenas. La eliminación indiscriminada de la flora bucal beneficiosa debilita las defensas naturales de la boca, creando un ambiente propicio para la proliferación de bacterias dañinas, favoreciendo el desarrollo de infecciones como la candidiasis oral (o aftas) o exacerbando problemas preexistentes como gingivitis o periodontitis.

Además de la alteración de la microbiota, el uso frecuente de agua oxigenada como enjuague bucal irrita y daña los tejidos bucales. La sensación de ardor y quemazón que muchas personas experimentan es una señal clara de la agresión que este compuesto ejerce sobre la mucosa oral. Esta irritación puede provocar inflamación, sensibilidad dental aumentada y, en casos severos, úlceras bucales. La exposición prolongada también puede contribuir al desgaste del esmalte dental, debilitando los dientes y haciéndolos más susceptibles a la caries.

En resumen, aunque el agua oxigenada puede tener aplicaciones puntuales bajo supervisión profesional (por ejemplo, en el tratamiento de algunas infecciones bucales específicas, bajo prescripción médica), su uso como enjuague bucal regular es desaconsejado. Su poder oxidante, si bien elimina bacterias, lo hace de manera indiscriminada, dañando la flora bucal beneficiosa y causando irritación e inflamación. Para mantener una buena higiene bucal, es preferible optar por métodos suaves pero efectivos como el cepillado regular con pasta dental fluorada, el uso del hilo dental y, si lo considera necesario, enjuagues bucales específicos recomendados por un dentista o higienista dental. No se deje engañar por remedios caseros que, a la larga, pueden perjudicar la salud de su boca. La prevención y el cuidado profesional son siempre la mejor opción.