¿Quién tarda más en olvidar una ruptura, el hombre o la mujer?

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Las mujeres, si bien experimentan un dolor inicial más intenso, suelen tardar más tiempo en superar una ruptura que los hombres. En ocasiones, el proceso de recuperación masculina puede resultar más prolongado e incluso incompleto.
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¿Quién sufre más una ruptura? El mito del hombre de hielo y el duelo invisible femenino.

La sabiduría popular a menudo dibuja al hombre como estoico e imperturbable tras una ruptura amorosa, mientras que la mujer se permite un periodo de duelo visible y catártico. Sin embargo, esta imagen, tan arraigada en la cultura popular, esconde una realidad mucho más compleja: si bien las mujeres experimentan un dolor inicial más intenso y manifiesto, su proceso de superación suele ser más completo a largo plazo. Los hombres, en cambio, pueden quedar atrapados en un duelo silencioso y prolongado, a veces incluso incompleto.

La idea del hombre que “pasa página” rápidamente es, en muchos casos, una fachada. Mientras que las mujeres tienden a expresar su dolor abiertamente, buscando apoyo en su círculo social y permitiéndose llorar y procesar las emociones, los hombres, presionados por los estereotipos de género, suelen reprimir sus sentimientos. Esta “contención emocional” no significa que no sufran, sino que su dolor se manifiesta de otras maneras, como irritabilidad, conductas de riesgo, inmersión en el trabajo o incluso la búsqueda inmediata de una nueva pareja, no por genuino interés, sino como un mecanismo de evasión.

Las mujeres, al permitirse vivir el duelo plenamente, confrontan el dolor de frente y, aunque la intensidad inicial sea mayor, avanzan hacia una recuperación más sólida. Este proceso, que incluye la aceptación de la pérdida, la reconstrucción de la autoestima y la redefinición de la identidad personal, les permite cerrar el capítulo y mirar hacia el futuro con mayor fortaleza.

Por otro lado, la estrategia masculina de represión emocional puede dificultar el proceso de sanación. El dolor no desaparece por no expresarlo, sino que se enquista, pudiendo manifestarse años después en forma de dificultades para establecer relaciones sanas, inseguridad emocional o incluso problemas de salud mental. La falta de un cierre emocional completo puede llevarlos a arrastrar “fantasmas” del pasado, impidiendo que se involucren plenamente en nuevas experiencias amorosas.

Es importante destacar que no se trata de generalizar. Cada individuo, independientemente de su género, experimenta el desamor de forma única. Sin embargo, comprender las diferencias en la forma de afrontar el duelo puede ayudar a desmitificar la imagen del hombre invulnerable y a visibilizar el sufrimiento silencioso que muchos experimentan. Romper con los estereotipos de género y fomentar la expresión emocional en los hombres es crucial para que puedan transitar el proceso de ruptura de una manera más sana y constructiva, alcanzando una recuperación plena y construyendo un futuro emocionalmente saludable.