¿Cuáles fueron las evidencias de la deriva continental?

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La evidencia de la deriva continental incluyó la forma similar de los continentes, la correspondencia de rocas y fósiles en lugares separados, y la distribución de glaciares en zonas actualmente tropicales. Estos hallazgos apoyaron la idea de un desplazamiento continental a través de los tiempos geológicos.
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Evidencias irrefutables de la deriva continental

La deriva continental, propuesta por primera vez por Alfred Wegener en 1912, es una teoría fundamental de la geología que sostiene que los continentes se han desplazado gradualmente a lo largo de millones de años. Esta revolucionaria idea se basó en numerosas evidencias innegables que respaldaron la hipótesis de Wegener.

1. Forma similar de los continentes

Uno de los argumentos más convincentes a favor de la deriva continental es la similitud notable en la forma de las costas opuestas de los continentes. Por ejemplo, la costa este de América del Sur encaja perfectamente con la costa oeste de África, como si hubieran formado un solo continente en el pasado.

2. Correspondencia de rocas y fósiles

La distribución de rocas y fósiles idénticos en continentes separados proporcionó más pruebas de una conexión continental pasada. Por ejemplo, se han encontrado formaciones de roca similares en la Cordillera de los Apalaches de América del Norte y en las Montañas del Atlas de África, lo que sugiere que alguna vez estuvieron unidas. Del mismo modo, se han descubierto fósiles de los mismos animales y plantas en lugares muy alejados entre sí, lo que implica que estos organismos alguna vez habitaron un solo continente.

3. Distribución de glaciares

Otra evidencia importante proviene de la distribución de glaciares. En el pasado, vastas capas de hielo cubrieron áreas actualmente ubicadas en zonas tropicales, como el Sahara y la India. La presencia de estos glaciares en áreas que ahora son cálidas sugiere que estas regiones alguna vez estuvieron más cerca de los polos, lo que habría sido posible si los continentes se hubieran desplazado hacia sus posiciones actuales.

Estas pruebas geológicas y paleontológicas convincentes respaldaron la hipótesis de la deriva continental, allanando el camino para una comprensión más profunda de la historia de la Tierra y la evolución de sus continentes.