¿Por qué la sal baja la temperatura del hielo?

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La sal disuelve las moléculas del hielo, necesitando calor para este proceso. Este calor es extraído de la disolución, bajando la temperatura por debajo del punto de congelación.
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Comprendiendo por qué la sal baja la temperatura del hielo

¿Alguna vez te has preguntado por qué añadir sal al hielo provoca que baje la temperatura? Este fenómeno, aunque puede parecer contrario a la intuición, se debe a un proceso físico conocido como la disolución del hielo.

El proceso de disolución

Cuando la sal se añade al hielo, comienza a disolver las moléculas del hielo. Este proceso requiere calor, que es extraído de la disolución misma. A medida que el calor se extrae, la temperatura de la disolución disminuye.

El punto de congelación

El punto de congelación de una sustancia es la temperatura a la que se convierte en sólido. Para el agua, el punto de congelación es de 0 °C. Cuando la sal se añade al hielo, la temperatura de la disolución disminuye por debajo de este punto de congelación.

El resultado

Como resultado de la disminución de la temperatura, el hielo que no se ha disuelto ya no puede permanecer en estado sólido y se convierte en líquido. Este proceso continúa hasta que todo el hielo se haya disuelto o hasta que la temperatura de la disolución haya vuelto a alcanzar el punto de congelación.

Aplicaciones prácticas

Este principio tiene varias aplicaciones prácticas, entre ellas:

  • Fusión de hielo en carreteras: La sal se utiliza para fundir el hielo en las carreteras durante el invierno, ya que reduce el punto de congelación y permite que el hielo se convierta en líquido.
  • Conservación de alimentos: La sal se utiliza para conservar los alimentos mediante el proceso de salazón, que extrae el agua de los alimentos, inhibiendo el crecimiento bacteriano.
  • Elaboración de helados y sorbetes: La adición de sal a la mezcla de helados o sorbetes ayuda a bajar la temperatura, creando un producto más frío y cremoso.

Conclusión

En resumen, la sal baja la temperatura del hielo porque disuelve las moléculas del hielo, necesitando calor para este proceso. Este calor es extraído de la disolución, bajando la temperatura por debajo del punto de congelación y provocando que el hielo se convierta en líquido. Este principio tiene varias aplicaciones prácticas, desde la fusión de hielo hasta la conservación de alimentos y la elaboración de postres congelados.