¿Cómo se pacta el salario?

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El salario se fija según la categoría profesional en las tablas salariales del convenio colectivo de cada empresa. A diferencia del salario mínimo interprofesional (SMI), no lo determina el gobierno, sino la negociación colectiva entre empresa y trabajadores. Su determinación es, por tanto, un proceso de negociación previa y no una simple imposición.
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El Pacto Salarial: Más allá del SMI

El salario, el pilar fundamental de la relación laboral, no surge de la nada. Su determinación no es una imposición unilateral, sino un proceso de negociación complejo y dinámico que refleja la fuerza y el equilibrio entre empresa y trabajadores. A diferencia del salario mínimo interprofesional (SMI), que establece un piso salarial general, el salario concreto de cada trabajador se pacta a nivel de empresa, a través del convenio colectivo.

La clave de este proceso radica en las “tablas salariales” que conforman el convenio colectivo. Estas tablas, definidas por cada empresa y detalladas en su respectivo convenio, estructuran el salario según las categorías profesionales. No se trata de un valor arbitrario, sino de un acuerdo previo que tiene en cuenta diversos factores. Entre ellos, la complejidad del puesto, la experiencia del trabajador, las responsabilidades asumidas y la situación económica de la empresa. En definitiva, las tablas salariales buscan establecer un equilibrio justo entre la aportación del trabajador y las prestaciones de la empresa.

Es crucial entender que la fijación de estas tablas no es una imposición por parte de la empresa, sino un resultado de una negociación previa entre las partes. Este proceso de diálogo, fundamental en las relaciones laborales, permite a los trabajadores defender sus intereses y a la empresa evaluar la viabilidad económica de las propuestas. La negociación colectiva, que suele darse en el marco del convenio colectivo, fomenta el diálogo, la conciliación y la búsqueda de un consenso que beneficie a ambas partes.

La existencia de un convenio colectivo, y por lo tanto de estas tablas salariales, implica que el salario no se establece de forma individual, sino de manera colectiva. Esto garantiza un nivel de seguridad y de equidad en el tratamiento de los trabajadores que ocupan puestos similares dentro de la empresa. Asimismo, este sistema permite evitar posibles discriminaciones salariales.

En resumen, la fijación del salario no es una cuestión de imposición, sino un proceso de negociación bien definido por los convenios colectivos. A partir de la estructura de las tablas salariales, los trabajadores y empresas establecen un marco de retribución justa y equitativa, reconociendo el valor del trabajo de cada puesto en el contexto específico de cada empresa. La negociación colectiva, más allá del simple cumplimiento del SMI, es el mecanismo que permite esta articulación, asegurando un equilibrio en las relaciones laborales y la sostenibilidad del empleo.